“En materia de educación la nueva constitución va establecer dos cosas que son fundamentales: el derecho a la educación y la segunda la libertad de enseñanza”, sostuvo el candidato a constituyente por el distrito 7 y Premio Nacional de Humanidades, Agustín Squella, durante un encuentro virtual que sostuvo con la Corporación Nacional de Colegios Pagados AG. (Conacep) que preside Hernán Herrera.
En la cita virtual, donde participaron más de 30 sostenedores del gremio que reúne a representantes de establecimientos subvencionados y pagados del país, el abogado y académico de la Universidad de Valparaíso recalcó, además, que la libertad de enseñanza “resulta funcional al derecho de la educación porque la libertad de enseñanza amplia la cobertura que puede brindar el Estado en materia de educación”.
En el capítulo primero, recordó el profesor Squella, debiera establecerse la dignidad como el valor superior de un ordenamiento constitucional mientras que la segunda norma debiera ser declarar que Chile se constituye como un Estado social y democrático de derechos como lo son la salud, la educación, el trabajo, el ingreso y una previsión justa. “Ya está claro que los derechos sociales existen, que deben estar en la constitución y cuáles son esos derechos; la discusión que se generará será la forma de garantizarlos”, aclaró.
El candidato explicó que como contrapartida al derecho de la educación, “se deberá establecer la obligación del Estado en términos de organizar, financiar, administrar y asegurar la subsistencia de una provisión educativa pública, gratuita y de calidad” remarcando que “esto no debe verse como una cortapisa a la libertad de enseñanza porque la existencia de la educación privada es funcional al derecho a la educación; si fuera sólo el Estado el que proveyera educación, su cobertura sería menor y sería peligroso”.
Finalmente, el abogado subrayó que la constitución podría reforzar que “la educación en todos sus niveles es una tarea que se emprende sin fines de lucro y únicamente para llevar adelante un proyecto educativo. Mi pregunta es, sin embargo, si esta declaración basta para asegurar el fin del lucro en la educación”.
DECÁLOGO DE CONACEP
Tras las consultas de los sostenedores el académico explicó que “es impensable que el Estado no asuma un compromiso preferente con la educación pública, pero no excluyente; lo que le interesa al sector privado en materia educacional es la libertad de definir, implementar, y gestionar proyectos educativos donde el Estado también debe ser favorecedor”, remarcando que cree que al interior de la convención “no van a faltar voces contrarias a la libertad de enseñanza, que no será una de las mías, porque existe la convicción, fundada en el texto de la constitución actual, de que la constitución del 80 se preocupó mucho más de la libertad de enseñanza que del derecho a la educación. Eso es un hecho”.
Sin embargo, agregó, “la libertad de enseñanza es un pilar en materia educacional; no concibo una nueva constitución sin el derecho a la educación y la obligación correlativa del Estado, y sin libertad de enseñanza”.
Sobre qué rol le corresponde a la educación particular subvencionada en la futura democracia y que rol se plasma en la nueva constitución, Squella indicó que la educación privada debe operar con una estructura sin fines de lucro: “Sería partidario de que en los proyectos educativos, aunque no reciban subvención ni recursos públicos, si producen excedentes, debe existir la obligación de reinvertirlos en el proyecto educativo correspondiente”.
Agustín Squella recibió de parte de Conacep un Decálogo con las propuestas e ideas que el gremio discutió y redactó en el contexto del proceso constituyente y que el abogado se comprometió a poner en manos de la convención.
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