Este lunes 26 de abril, apenas dos semanas después de un leve descenso en los contagios, aún con una ocupación de camas sobre el 95% y una positividad sobre el 10%, el ministro de Salud anuncia que 10 comunas de la Región Metropolitana avanzan a Fase 2, pese a que ninguna de ellas, cumple con los criterios que el propio Ministerio definió para avanzar.
Sobre eso, el ministro de Educación reflexiona y dice ‘esto es una muy buena noticia (…) los establecimientos podrán volver a abrir’ y sentencia ‘están todas las condiciones’ para que colegios reanuden las clases presenciales. ¿Será posible que después de todo lo ocurrido, aún no se aprendan las lecciones? ¿Sabrá el ministro Figueroa que, si un niño enferma, por ejemplo, de PIMS, tendrá muchas dificultades para encontrar una cama crítica, porque la ocupación de este recurso es extremadamente alta?
Algunos dirán que es difícil que eso ocurra, porque la incidencia de ese síndrome es baja, ya que desde que se inició la pandemia en Chile se han reportado solo 174 casos y sólo tres de ellos han fallecido, ¿pero y si ese “caso aislado” es su hijo?, ¿tomaría el riesgo?
No están las condiciones para volver a la presencialidad, todavía. Desde mi humilde posición técnica, me sumo a otros colegas y le pido al Ministerio de Educación y de Salud que no deleguen esta compleja decisión en los padres y apoderados.
Esta no es una cuestión valórica, ni de creencias, ni de opiniones. Por favor, no abran los colegios sino hasta estar en, al menos, en Fase 3 y siempre y cuando, se garantice que se cumplan las condiciones sanitarias mínimas en todos los establecimientos, para un retorno seguro.
