“Prepárense para hacer llegar sus demandas a la Convención Constitucional, no se resten y mejor si lo hacen asociados a otras organizaciones” fue la recomendación que formuló el abogado, académico y candidato a la Convención por el distrito 7, Agustín Squella, a la Asociación Cultural Mesa Regional de Artesanos de la Región de Valparaíso durante el Coloquio Cultural que sostuvieron para analizar sus principales demandas.
Entre las inquietudes que planteó la presidenta del organismo, Flor Orrego, como también Gustavo Mayer, Pola Marre, Paz Salas y Raúl Sepúlveda estuvieron la importancia de salvaguardar los oficios, tener equidad territorial para igualar la situación cultural entre las regiones, mejorar el acceso a las audiencias, establecer derechos económicos, sociales y culturales del artesanado, aclarar cuál será el acceso a la convención, la necesidad de modificar los altos impuestos que deben pagar, y ser tratados como artistas y no como comerciantes. Incluso los artesanos regionales le pidieron al Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales que contara cómo había sido su experiencia en la creación del Consejo Nacional de la Cultura que finalmente devino más tarde en el Ministerio de las Artes, las Culturas y el Patrimonio.
El profesor Squella explicó cuáles son los derechos culturales que debieran quedar garantizados en la carta fundamental. Estos son derecho de toda persona a participar en la vida cultural del país, de la región y de la ciudad en que viva; derecho a acceder a bienes culturales; derecho a conocer y a disfrutar del patrimonio cultural de su ciudad, de su región y de su país; derecho a la libre creación y difusión artística; derecho de creadores, artistas y productores a recibir los beneficios espirituales y materiales de las obras que producen o difunden; derecho a la conectividad digital, necesaria para el acceso a bienes culturales, y derecho a beneficiarse de los resultados de las ciencias y tecnologías en general.
El abogado aclaro que para que los derechos culturales tengan la posibilidad de ser ejercidos eficazmente, “se requiere que el Estado cuente con una institucionalidad cultural pública, formada por organismos públicos de cultura (por ejemplo, Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio), con personal calificado en dichos organismos, con presupuestos públicos nacionales, regionales y comunales destinados a la cultura, con políticas públicas de cultura en esos mismos tres niveles, y con incentivos para la participación privada en la vida cultural del país."
En esta línea, agregó, el Estado, así como los tiene con la educación y la salud, “tiene también deberes para con la cultura, y para cumplir estos deberes debe contar con una institucionalidad pública."
Finalmente, Squella sostuvo que cuando los derechos culturales aluden a la creación, producción y difusión artística, “esta última palabra debe ser entendida en sentido amplio, es decir, más allá de lo que se entiende por ‘bellas artes’ o artes que se consideren más selectas. En verdad, hay solo artes, y no artes superiores e inferiores. De allí que la artesanía, en cualquier de sus formas o manifestaciones externas, tenga y deba seguir teniendo un lugar dentro de las artes."
