El organismo, que inició la recolección de firmas a favor del matrimonio y de la reforma a la Ley Zamudio, acusó que la mayoría congresista pro-LGBTIQ+ “no ha pasado del discurso a la práctica, provocando el mismo efecto que desean los homofóbicos: aún no hay igualdad legal para las parejas del mismo sexo, ni para las familias homoparentales.
El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) envió hoy una misiva a todos/as los congresistas exigiendo la rápida aprobación del matrimonio igualitario, al tiempo que inició una campaña a favor de los derechos LGBTIQ+ que, entre otros puntos, contempla la recolección de firmas a favor de la mencionada ley y de una reforma a la ley Zamudio.
El encargado de Derechos Humanos del Movilh, Ramón Gómez, precisó que “en el Congreso Nacional hay dos sectores. Uno minoritario que rechaza al matrimonio igualitario y uno que hace más de una década es mayoría y dice apoyar esta ley, pero aún no la aprueba. Por tanto, la responsabilidad de que aún las parejas del mismo sexo y las familias homoparentales no cuenten con igualdad legal es tanto de los que se declaran pro-LGBTIQ+, pero no llevan su discurso a la práctica, como de quienes se oponen a esta ley, pues el efecto que provocan es, en términos prácticos, el mismo”.
En tal sentido, el Movilh inició hoy en redes sociales una campaña donde consulta a los congresistas “¿Este Congreso Nacional se irá sin haber aprobado el matrimonio igualitario? ¿Dónde está el apoyo que hace casi más de una década manifiesta la mayoría de los congresistas a esta ley? Apoyar la causa LGBTIQ+ no es un discurso. Debe ser una acción”.
Junto a ello, el Movilh comenzó un proceso de recolección de firmas a favor del matrimonio igualitario y de la reforma a la Ley Zamudio, al tiempo que envió una carta a todos los congresistas exigiendo el avance de ambas normas.
Carta enviada por el Movilh al Congreso Nacional:
Señores/as senadores/as y diputados/as:
Chile está en grave deuda con las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex (LGBTIQ+) y, muy especialmente, con los derechos de las parejas del mismo sexo y las familias homoparentales.
En junio del 2021 el movimiento LGBTIQ+ cumple 30 años de lucha sistemática por sus derechos y, a lo largo de tres décadas, hemos escuchado de todos los sectores sociopolíticos, sin excepción, pronunciamientos vacíos, en tanto las promesas siguen incumplidas.
En la actualidad, un reducido grupo de congresistas se opone a nuestros derechos y una mayoría dice, hace bastantes años, estar de acuerdo con el matrimonio igualitario. Esta mayoría, supuestamente pro LGBTIQ+ no ha pasado del discurso a la práctica y siempre ha encontrado una excusa para postergar o aplazar indefinidamente la consagración de la plena igualdad de derechos de las parejas del mismo sexo y de las familias homoparentales.
El efecto de esta indiferencia o falta de voluntad de política es el mismo que desean los sectores homofóbicos: mantener estancado y sin avances significativos el matrimonio igualitario.
En 2017, y en el marco del cumplimiento de un Acuerdo de Solución Amistosa que el Estado de Chile firmó con el Movilh ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDDH), la entonces presidenta Michelle Bachelet envió al Congreso Nacional el proyecto de Ley de Matrimonio Igualitario, una iniciativa redactada por el Ejecutivo de la época y por todas las organizaciones de la diversidad interesadas en la materia.
¿La actual composición del Congreso Nacional, que dice ser mayoritariamente pro- derechos LGBTIQ+, terminará sus funciones pasando por alto un compromiso de Estado y traduciendo en nada los discursos y promesas públicas de la mayoría de sus integrantes? ¿Cuál es la diferencia práctica entre quienes se oponen al matrimonio igualitario y quienes dicen apoyarlo si estos últimos en nada avanzan?
Exigimos a todos/as y cada uno/a de los congresistas que dicen apoyar el matrimonio igualitario a pasar del discurso a la práctica y a aprobar en breve el matrimonio igualitario, una ley de nulo costo económico para el país, de rápido trámite y cuyo único efecto será terminar con una desigualdad que daña día a día calidad de vida de las parejas del mismo sexo y las familias homoparentales. Está en sus manos, pasar a la historia como una autoridad que cumplió sus promesas antes de terminar el actual ciclo del Congreso Nacional o como una que, una vez más, jugó con las esperanzas de sectores vulnerables y dejó en manos del futuro resolver una deuda brutalmente injusta.
Exigimos igualmente, que se avance en la reforma a la Ley Zamudio. El último año las violaciones contra los derechos humanos de las personas LGBTQ+ aumentaron un 14.7%, incluidos los asesinatos de odio, las golpizas y las torturas. Es necesario, por tanto, una reforma que incluya una institucionalidad antidiscriminatoria.
El Ejecutivo, cuya homofobia es explícita al rechazar al matrimonio igualitario, el único aporte que podría hacer en materia de derechos humanos LGBTIQ+ , sería justamente impulsar la institucionalidad antidiscriminatoria. Es deber del Congreso Nacional, por su parte, no permitir que la reforma a la Ley Zamudio excluya a una institucionalidad antidiscriminatoria.
¡Son más de 30 años de injusticia, de abusos, de promesas incumplidas. Ya es tiempo de hacer lo que se dice, de cumplir con lo que se promete y de honrar la palabra asumida por el Estado de Chile ante en el sistema internacional de Derechos Humanos!