Con un humor simple y sin complejos, el comediante Diego Urrutia se ganó el cariño del monstruo y se llevó gaviotas de plata y oro, despejando todas las dudas sobre su sorpresiva llegada a la Quinta Vergara en reemplazo de Yerko Copuchento.
El periodista oriundo de Temuco construyó una rutina en donde su contratación, siete días antes de su llegada al escenario viñamarino, fue parte fundamental a la hora de iniciar su relato. «Gracias Yerko», alcanzó a decir, para graficar el momento.
Con sencillez y valentía, Urrutia se paró frente al público, contó su rutina y logró hacer reir al público con alusiones a redes sociales y diferencias generacionales.
Incluso en su «bis», tomó guitarra e interpretó canciones de repertorio popular, de las cuales extrajo frases con humor, que le significaron llevarse el trofeo de oro.
Tras recibir sus premios, agradeció al equipo que lo acompañó y al público, en una presentación que inicialmente generaba más incertidumbre que certezas.






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