La selección peruana logró empatar sin goles ante Marruecos, semifinalista de la última edición de la Copa del Mundo, tras un duelo en el que se vio superada la mayor parte del tiempo, pero en el que exhibió solidez defensiva e intensidad.
Empezaron ambos conjuntos con poco ritmo en la circulación y sin mirar a portería. Así fue hasta que el cuadro africano se animó a arriesgar un poco más en sus pases y a apostar por la verticalidad. Esa mayor vocación ofensiva trajo ocasiones, algo que agradeció el partido.
La gira europea de la ‘bicolor’ termina con una sensación de mejora en el rigor defensivo, actitud y rendimiento individual. No obstante, el déficit continúa siendo la zona de ataque. Los de Reynoso volverán a la acción en junio, cuando sostengan dos cotejos por la próxima ventana internacional FIFA.