El Estado Mayor de la Defensa (EMAD) de Ucrania anunció que la localidad de Andriyivka, en el óblast de Donetsk, en el este del país, fue liberada.
En un comunicado, el EMAD informó que la localidad fue liberada “durante acciones ofensivas” y afirmó que “el enemigo ha sufrido pérdidas importantes de efectivos y equipos”. “Nuestras fuerzas se están asentando en las fronteras capturadas”, señaló el EMAD.
Entre el miércoles y el jueves, en menos de 48 horas, Ucrania lanzó dos rondas de ataques que dañaron un astillero de Sebastopol, Crimea, donde habrían dejando fuera de combate a un buque de asalto anfibio y a un submarino y habrían causado desperfectos a dos barcos patrulleros que Rusia utilizaba para controlar el Mar Negro.
En ese mismo espacio de tiempo se produjo un tercer ataque con drones y misiles Neptun que tuvo como objetivo una instalación militar rusa cerca de la localidad de Eupatoria, en Crimea occidental. Imágenes de satélite confirman la destrucción de un sistema de defensa antiaérea S-300/400 Triumph valorado en 1.200 millones de dólares.
Además, Rusia informó el jueves de una cuarta acción ucraniana con un dron marítimo contra el “aerodeslizador de la Flota del Mar Negro ‘Samum’”. El barco ruso atacado habría conseguido destruir la embarcación ucraniana no tripulada sin sufrir daños, según Moscú.
Los golpes a la flota militar rusa y a la plataforma terrestre que ésta utiliza como asidero en el Mar Negro hacen avanzar a Kiev hacia el objetivo de desmilitarizar la península de Crimea (ocupada por Rusia desde 2014), para evitar que Moscú siga utilizándola como lanzadera de sus ataques a Ucrania y para poder recuperarla.
Poniendo en peligro a todo barco ruso que transite por la zona, Ucrania busca también acabar con el bloqueo militar ruso de sus puertos, que le impide dar salida por mar a sus exportaciones e importar por barco con normalidad los productos y materias que necesita.