En un contexto donde la brecha de inclusión financiera tiende a disminuir, ésta aún persiste, y los pagos digitales emergen como una solución buscando obtener indicadores de regiones en el primer mundo. El reciente informe del Banco Central de Chile² revela un impresionante aumento en el uso de estos medios, ya que, entre marzo de 2022 y marzo de 2023, se realizaron 5.292 millones de pagos digitales, por un monto total que alcanza las UF8.707 millones, equivalente al 110% del PIB nacional.
Otro dato interesante es el que nos entrega el informe “The Global Payments Report 2023” ¹la firma que, en el 2022, en Chile, el 58% de las compras realizadas a través del comercio electrónico se llevaron a cabo desde dispositivos móviles, dejando atrás a las computadoras con un 42% de participación. Ambas estadísticas subrayan importancia de los pagos digitales como un elemento crucial para la inclusión financiera en el país.
En este contexto, la influencia de la nueva Ley Fintech promulgada hace más de 8 meses en Chile no debe subestimarse. Esta legislación eleva los estándares en soluciones financieras, generando un cambio radical en el actual sistema a través del fomento de la competencia y la inclusión. En este escenario, la tecnología e innovación tendrán un rol fundamental para impulsar el crecimiento del mercado y la aparición de nuevos actores que acerquen la digitalización a todos los ciudadanos junto con los beneficios que trae consigo.
Con la irrupción de nuevos jugadores que ofrecen distintos y novedosos medios de pago y canales más accesibles y sencillos para los usuarios, se observa una evolución hacia un ecosistema más sofisticado y de próxima generación. Sin embargo, para que estas nuevas alternativas ofrezcan un valor agregado, es necesario contar con empresas expertas que actúen como aliados facilitando la emisión, adquirencia y nuevas soluciones de pago con un alto grado de aceptación y seguridad en los comercios chilenos.
Por todo lo expuesto, es clave reconocer que los pagos digitales no solo son una herramienta conveniente, sino también un instrumento esencial para la inclusión financiera en Chile. Los avances tecnológicos y la nueva regulación han allanado el camino hacia un futuro más accesible y próspero para todos los chilenos. La adopción de esta tendencia no solo es una opción, sino una necesidad urgente si aspiramos a un Chile donde todos tengan la oportunidad de participar plenamente en el sistema financiero.