Durante el proceso de evaluación del programa participaron más de 550 personas y 200 organizaciones a lo largo de Chile. El análisis estuvo a cargo del psicólogo e investigador USS Álvaro Jiménez y dentro de las principales recomendaciones destacan el monitoreo de puntos críticos con mayor incidencia de suicidios, la cobertura mediática responsable, la priorización de grupos de la población con mayor riesgo de suicidio, un mayor acompañamiento en materia de postvención y el aumento del presupuesto del programa.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el suicidio representa una de las principales causas de muerte prematura entre la población a nivel mundial, por lo que diferentes países han implementado herramientas y planes para la prevención.
Desde 2013, el Programa Nacional de Prevención del Suicidio (PNPS), creado por el Ministerio de Salud (MINSAL), ha estado en funcionamiento a nivel nacional con el propósito de identificar a personas en riesgo y disminuir la incidencia de suicidios. Tras una década de implementación, el MINSAL inició un proceso participativo de evaluación para identificar áreas de mejora del programa, el cual incluyó diálogos territoriales con más de 550 personas pertenecientes a más de 200 organizaciones en todo Chile.
Mediante licitación pública, la evaluación y análisis del programa estuvo a cargo del psicólogo y académico de la Facultad de Psicología y Humanidades de la Universidad San Sebastián (USS), Álvaro Jiménez, quien colaboró con investigadores de la Universidad de Chile, el Núcleo Milenio Imhay y el Instituto Milenio MIDAP. Este equipo llevó a cabo un análisis de diversos indicadores del programa, abarcando el impacto en la reducción de muertes por suicidio, los resultados de los diálogos regionales y una revisión de la literatura internacional en prevención del suicidio. La síntesis de los resultados de los diálogos regionales y el análisis de la evidencia culminaron en un Policy Brief que ofrece 12 recomendaciones para actualizar el Programa, con el fin de realinear sus contenidos y estrategias de acción.
“El Programa Nacional de Prevención del Suicidio cumplió diez años de ejecución, por lo que era necesaria una evaluación que consolidara los aprendizajes acumulados a lo largo de los años y que permita hacer frente a los nuevos desafíos. En este contexto, el Policy Brief resume las conclusiones de un proceso participativo que evaluó el programa a lo largo del país y combina la información con evidencia nacional e internacional”, comenta Álvaro Jiménez, psicólogo e investigador Facultad de Psicología y Humanidades USS.
Dentro de las principales recomendaciones del documento destacan el monitoreo de puntos críticos con mayor incidencia de suicidios, la cobertura mediática responsable, la priorización de grupos de la población con mayor riesgo de suicidio, un mayor acompañamiento en materia de postvención y el aumento del presupuesto destinado al Programa. Estas se complementan con fortalezas ya existentes como la sólida vigilancia epidemiológica de la mortalidad por suicidio, la presencia de sistemas de ayuda remota para respuesta ante crisis suicida y el trabajo de mesas intersectoriales en cada región. Sobre esto, el psicólogo USS añade “al combinar la información obtenida con evidencia nacional e internacional, las recomendaciones no solo se basan en evidencia disponible, sino que también reflejan la opinión y experiencia de los actores locales, lo que es muy relevante para identificar brechas, facilitadores y barreras para la implementación del programa”.
La presentación de dichas recomendaciones contó con la asistencia de la subsecretaria de Salud, Andrea Albagli, la jefa del Departamento de Salud Mental del Minsal, Javiera Erazo y Belén Vargas, coordinadora del Programa Nacional de Prevención del Suicidio, además de organizaciones civiles como las fundaciones Katy Summer, José Ignacio, Círculo Polar y Míranos, además del Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil y el Instituto Imhay.
“Lo que se viene ahora es acoger esas recomendaciones y en lo que se van a transformar es en que se pueden modificar algunas de las líneas estratégicas que están diseñadas dentro del plan, puede que se agreguen algunas nuevas y también se van a modificar de todas maneras los indicadores porque los indicadores hay que ir cambiándolos”, Andrea Albagli, Subsecretaria de Salud Pública.
Policy Brief Recomendaciones para la Actualización del Programa Nacional de Prevención del Suicidio (PNPS):
- Reforzar la colaboración intersectorial y adecuar la gobernanza del PNPS
- Mejorar la capacidad de recolección, monitoreo y presentación de datos
- Fortalecer las acciones de prevención en entornos comunitarios
- Reducir el acceso a medios letales y monitorear puntos críticos con mayor incidencia de suicidios
Se relaciona con fortalecer las estrategias para disminuir el acceso a medios letales e intervenir en puntos críticos con alta incidencia de suicidios
- Fortalecer la cobertura mediática responsable
Se conecta con la implementación de acciones que aseguren un abordaje ético y responsable del suicidio en los medios de comunicación.
- Implementar campañas de sensibilización en medios de comunicación y redes sociales
- Fortalecer el sistema de respuesta remota en crisis
- Mejorar el sistema de continuidad de cuidados para personas en riesgo de suicidio
- Fortalecer las estrategias y acciones de postvención
Se vincula con el robustecimiento de las capacidades para implementar estrategias de postvención como parte del PNPS, garantizando el acceso a la información y a intervenciones oportunas y culturalmente sensibles para gestionar la crisis y abordar la complejidad del duelo por suicidio en individuos y comunidades desde una perspectiva no patologizante.
- Ajustar contenidos y focalizar acciones a contextos y grupos específicos
- Aumentar el presupuesto destinado al PNPS
- Fortalecer la colaboración del PNPS con actividades de investigación en suicidalidad