En Chile y en el mundo toma cada vez más fuerza el “carpooling”, término que en inglés significa “compartir vehículo”. La tendencia es una de las favoritas de quienes no solo desean ahorrar costos, sino también aportar a la reducción de gases de efecto invernadero en contexto de la crisis climática.
Actualmente el “carpooling” es ofrecido en distintas aplicaciones y empresas de movilidad terrestre; en Transvip de hecho se registraron en 2023 cuatro millones de pasajeros con el servicio, una cifra equivalente a 1.5 millones de traslados desde y hacia diversos terminales aéreos del país.
Santiago Caicedo, CEO de Transvip en Chile, añade que esta acción generó un ahorro de 37 toneladas de gases de efecto invernadero enviados a la atmósfera, “un indicador comparable a retirar de circulación 13.000 vehículos”, explica.
“Este año mantenemos el servicio y otras acciones sustentables. Durante el primer semestre de 2024 registramos 339.658 viajes compartidos en una cantidad de más de 13 millones de kilómetros recorridos; es decir, hubo 2.377.606 vehículos menos circulando y un ahorro de CO2: 11,6 Ton”, precisa el CEO.
Transvip, que opera como transporte oficial de los aeropuertos de Calama, Antofagasta y Santiago, hace algún tiempo incorporó a sus campañas el concepto “Transvipsionarios”, un apodo entregado a los pasajeros que protagonizan las denominadas acciones ecológicas.
“Cuando optas por una solución eficiente y económica también estás participando activamente en la construcción de un futuro más limpio y sostenible. Los vehículos compartidos son la respuesta para minimizar la cantidad de automóviles en las carreteras, disminuyendo así la congestión y los problemas”, sostiene Caicedo.
La iniciativa es parte de las acciones impulsadas por Transvip para aportar a un menor impacto ambiental en las operaciones del transporte. La compañía además mantiene una flota de doce vehículos híbridos y quince eléctricos, y un acuerdo con la Agencia de Sustentabilidad Energética.