- Es importante contar con una supervisión constante de los niños que se encuentren próximos a cualquier entorno acuático, bien sea piscina, bañera, playa o cubos con agua, entre otros.
Esta semana se dio inicio oficialmente a la temporada de piscinas -que durará hasta marzo de 2025-, y por lo mismo, aumenta la necesidad de prevenir accidentes asociados: según datos de Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel global, fallecen 236 mil personas al año por esta causa.
Lilian Padilla, subgerente de prevención de Achs Seguro Laboral, explica que los niños son quienes presentan mayor riesgo. «Según la Academia Americana de Pediatría (AAP), la asfixia por inmersión es una de las principales causas de muerte en personas entre 1 y 4 años. Además, en nuestro país, ésta corresponde a la segunda mayor causa de muerte accidental en niños de esa misma edad y la tercera en personas de 5 a 19 años «.
Bajo este contexto, Padilla entrega recomendaciones para evitar estos accidentes:
- Disponer de una reja de 150 cm de alto, con candado.
- Cubrir las piscinas plásticas con una lona para evitar caídas involuntarias a su interior.
- Supervisar a los niños en todo momento, en especial si tienen menos de 7 años.
- Se recomienda que los chalecos salvavidas a utilizar sean de la talla adecuada y cuenten con certificado de calidad.
- Evitar el consumo de alcohol en estos espacios.
- No usar alargadores o artefactos eléctricos en el borde de la piscina.
- Los filtros de limpieza deben contar con sus respectivas tapas.
- Guardar herméticamente y fuera del alcance de los niños los químicos de limpieza de la piscina.
- Controlar los juegos, empujones al agua y saltos mortales.
- Por último, es importante educar a sus niños sin asustarlos.
- Disponer de un botiquín equipado.
Ante un accidente por inmersión, la especialista explica que en sólo 27 segundos un niño comienza a ahogarse y en 3 o 5 minutos se corre el riesgo de generar secuelas. “Es recomendable que padres y cuidadores cuenten con capacitación en maniobras de RCP», agregó la especialista.
Por ello, ante un accidente de este tipo, es recomendable tener presente:
- Mantener la calma.
- Sacar al niño(a) del agua.
- Verificar si respira, tiene pulso o tiene alguna lesión visible.
- Si respira, ponerlo de lado y pedir ayuda (llamar a un servicio de salud).
- Si no respira o no hay pulso, iniciar RCP. Continuar con esto hasta que llegue personal médico.
- Todo paciente que ha sufrido ahogamiento debe ser llevado a un servicio de urgencia para su evaluación.