En rueda de prensa, Ulf Kristersson señaló que el tiroteo, que deja cerca de diez muertos, es «difícil de aceptar» y mostró su «pena sin fin» porque «lo que no debería haber ocurrido ha ocurrido».
Kristersson señaló que lo ocurrido es «difícil de aceptar» y mostró su «pena sin fin» porque «lo que no debería haber ocurrido ha ocurrido».
La Policía sueca no ha precisado de momento la cifra exacta de muertos -entre ellos, el presunto tirador- ni tampoco la de heridos y trabaja en identificar los cadáveres.
El tirador no era conocido por la Policía, que cree que actuó solo y no está relacionado con bandas criminales, además de descartar inicialmente que pueda tener vínculos con organizaciones terroristas.
«Todavía nos faltan muchas respuestas. Yo tampoco puedo darlas», señaló Kristersson, que invitó a no hacer especulaciones sobre los motivos del tirador y se solidarizó con las víctimas y los familiares, asegurando que «compartimos vuestro dolor».