Como amigo y asesor legal de Jorge Tocornal, deseo expresar mi más profunda tristeza, dolor e incomprensión frente al reciente fallo de la Corte Suprema que rechazó la acción de revisión destinada a restituir su honra y limpiar definitivamente su nombre.
Jorge falleció en septiembre pasado sin haber recibido la reparación que buscó durante casi dos décadas: que la justicia reconociera que fue condenado sobre la base de antecedentes que siempre estuvieron seriamente cuestionados.
Esta resolución resulta particularmente devastadora para su hijo mayor, quien originalmente cuando tenía menos de 10 años declaró en su contra, pero que ya adulto de más de 25 años y plenamente consciente reconoció ante el Ministerio Público que los hechos nunca ocurrieron. Explicó que su testimonio infantil fue producto del miedo, la confusión y las tensiones emocionales propias de un entorno familiar complejo. Su retractación fue entregada con libertad, sin presiones, y con la clara intención de reparar el profundo daño causado.
Pese a la enorme relevancia jurídica y humana de esta declaración —que derrumba el único pilar sustantivo de la condena original—, la Corte Suprema resolvió desestimar su efecto y no considerarla suficiente para corregir una sentencia cuyo impacto marcó la vida de Jorge en lo personal, familiar y social.
Como defensa, reiteramos nuestro compromiso absoluto con la búsqueda de justicia y seguiremos trabajando incansablemente para lograr justicia para Jorge Tocornal, quien dedicó veinte años a demostrar su inocencia y murió sin ver reconocido aquello por lo que tanto luchó.
Próximamente anunciaremos las acciones legales que presentaremos, con el propósito de obtener el reconocimiento formal de la inocencia de Jorge Tocornal, honrar su memoria y reparar, aunque tardíamente, la injusticia que lo acompañó hasta el final de su vida.