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Utensilios de cocina: cuáles son los más seguros y cuáles conviene evitar

El material de los utensilios que usamos a diario puede influir en nuestra salud. Nutricionista explica cuáles son los más seguros y cómo cuidarlos correctamente.

Elegir bien los utensilios de cocina no solo tiene que ver con la comodidad o la estética, sino también con la salud. Según Claudia Rojas, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Andrés Bello, “los utensilios están en contacto directo con los alimentos, por lo que debemos asegurarnos de que sus materiales no comprometan la seguridad alimentaria”.

Uno de los principales riesgos proviene del plástico que contiene BPA (bisfenol A), un compuesto químico presente en botellas, potes o recipientes que, al exponerse al calor o a líquidos calientes, puede migrar hacia los alimentos.

“El BPA actúa como disruptor endocrino, pudiendo interferir con el sistema hormonal y afectar la fertilidad, el desarrollo fetal o la pubertad precoz. También se ha asociado a obesidad y resistencia a la insulina”, explica Rojas.

La académica recomienda evitar los plásticos con los códigos de reciclaje 3 (PVC), 6 (PS) y 7, y preferir los etiquetados como “BPA free”. Además, desaconseja calentar comida en recipientes plásticos, especialmente si están rayados o envejecidos, y sugiere reemplazarlos por vidrio o cerámica.

Antiadherentes

El teflón y otros recubrimientos antiadherentes facilitan la cocción, pero requieren precaución. Si se exponen a temperaturas superiores a 250 °C, pueden degradarse y liberar compuestos tóxicos.

“Evita calentar estos utensilios en vacío o sobre fuego muy alto. Tampoco uses herramientas metálicas que rayen la superficie”, advierte Rojas.

La docente advierte que si el recubrimiento presenta rayas o desprendimientos, lo mejor es reemplazarlo: “debemos tratar de mantenerlo en el mejor estado posible para evitar que partículas del material lleguen a los alimentos”.

MADERA Y GREDA

Aunque la madera y la greda son materiales naturales, de igual manera pueden representar un riesgo si no se limpian de la manera correcta. “Los restos de alimentos pueden quedar atrapados en los poros de estos utensilios y favorecer la proliferación de bacterias”, explica la académica.

Sugiere que, para mantenerlos seguros, se deben lavar inmediatamente después de usar, secar bien y desinfectar regularmente con una mezcla de agua y vinagre o limón.

En el caso de las tablas de madera o bambú, Rojas recomienda aplicar aceite de coco cada algunas semanas para evitar que se hagan grietas.

SILICONA DE GRADO ALIMENTARIO

Cada vez más popular, Claudia Rojas menciona que la silicona de grado alimentario (food grade) es un material inerte, libre de BPA y ftalatos. Resiste temperaturas entre –40 °C y 230 °C, por lo que puede usarse para hornear o revolver alimentos calientes.

Sin embargo, Rojas advierte que “por encima de los 250–300 °C puede degradarse y liberar compuestos tóxicos, especialmente si entra en contacto directo con fuego”.

Para asegurarse de que sea segura, debe estar certificada con las etiquetas “100% food grade silicone” o “FDA/LFGB approved”. También se recomienda evitar cuchillos u objetos filosos que corten su superficie.

ACERO INOXIDABLE, VIDRIO Y CERÁMICA: LOS MÁS CONFIABLES

Según la académica, los materiales más seguros para cocinar son el acero inoxidable, el vidrio, la cerámica no porosa y la silicona certificada. El acero inoxidable es resistente, no libera sustancias y se limpia fácilmente.

Debe lavarse con jabón neutro, evitar productos abrasivos y secarse bien para prevenir manchas o corrosión.

Algunas recomendaciones

Rojas destaca que la limpieza y el mantenimiento son fundamentales para evitar la migración de sustancias y prolongar la vida útil de los utensilios. Recomienda:

  •  Lavar antes del primer uso.
  •  Usar detergentes suaves y evitar productos con cloro.
  •  No mezclar utensilios limpios y sucios en el mismo compartimento.
  • Reemplazar los dañados, rajados o con partes sueltas.
  • Desinfectar ocasionalmente con vinagre, bicarbonato o hipoclorito
    diluido.

“Cada material tiene sus cuidados, pero el principio general es mantenerlos limpios, secos y en buen estado. Así protegemos tanto la higiene como la inocuidad de los alimentos”, concluye la académica.

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