Las redes sociales han sido el prinicipal canal de difusión para una historia que parece ir mucho más allá de un comunicado de prensa o un posteo en twitter, facebook o instagram.
El pasado jueves, una joven identificada como Vanessa Araya, de 29 años, enfermera del Hospital Clínico de Viña del Mar falleció por causas que se investigan. Nunca llegó a trabajar ese día. De acuerdo al reporte inicial, la joven profesional había tomado la drástica determinación de quitarse la vida.
Un hecho que recién este 1 de mayo fue informado oficialmente por el centro asistencial privado, que en un comunicado de prensa, instalado en su página web, indicó: «Para el Hospital Clínico de Viña del Mar, velar por bienestar de todos quienes forman parte de nuestros equipos es una prioridad. En este sentido, nuestra institución se ha visto fuertemente golpeada por la pérdida de una de nuestras colaboradoras, integrante del equipo de Enfermería, quien fue parte fundamental, en el contexto de la actual crisis sanitaria por Covid-19».
Agregan que «Por este motivo, tras enterarnos de la situación, inmediatamente tomamos contacto con su familia, para entregarle nuestra colaboración en lo que sea necesario. En paralelo, generaremos planes de contención y reforzaremos las medidas de apoyo psicosocial para todos nuestros trabajadores y trabajadoras, quienes han demostrado un enorme compromiso, en especial durante esta compleja época de pandemia».
Un respuesta que no dejó satisfecho a su entorno cercano y sus compañeras de trabajo, que aseguran que esta situación habría estado motivada por situaciones bastante más severas derivadas del clima laboral al interior del recinto, en donde otra profesional ya había adoptado una determinación similar, el 5 de agosto de 2020.
Ambas, enfermeras UCI, trabajando bajo el estrés laboral derivado de la pandemia, en un clima de trabajo complejo y que de acuerdo a sus cercanos podría haber gatillado esta determinación.
Las redes sociales se hicieron eco con mensajes bastante duros hacia su lugar de trabajo, sin embargo, un mensaje en instagram de Claudia, la madre de Florencia, la joven que se suicidó el año pasado, despertó las alertas por las denuncias realizadas.
“Que casualidad que ambas chicas estaban en la UCI de la Clínica. Mi hija partió de este mundo después de padecer por semanas turnos complejos donde nadie le explicaba nada. Florencia ingresó a trabajar en el Hospital Clínico con 23 años, su primera experiencia laboral, lejos de su ciudad natal. Ella era responsable, trabajadora y cero conflictiva. El error estuvo en hablar con personas que no le solucionaban nada, y ¿la jefatura? ¿Qué piensan ahora con la muerte de una nueva enfermera? ¡Que más tiene que pasar, cuantas enfermeras más deben perder su vida por la sobre exigencia, por turnos agotadores de 24 horas, donde no las dejan descansar ni 5 minutos, Nada!!”.
