A 28 años del nacimiento de la oveja Dolly, que fue el primer mamífero clonado desde una célula adulta, Andrés Gambini, el primer científico latinoamericano en clonar un caballo, afirmó esta semana que la clonación humana ya es posible de hacer, porque tiene el mismo principio que la clonación de los otros animales, pero “hay muchas cosas que son posibles que no hacemos porque no está bien”.
El experimento que logró la vida de la oveja Dolly se llevó a cabo en el Instituto Roslin de Edimburgo y antes de que Dolly llegara al mundo se llevaron a cabo 277 intentos con ranas y vacas, pero fueron fallidos. Hoy la técnica utilizada para clonar a Dolly, la transferencia nuclear de células somáticas se valora por la contribución que ha tenido principalmente en el desarrollo de la medicina regenerativa y en la creación de las células madre.
¿En qué pie está hoy la clonación y qué experiencia ha tenido la ciencia chilena en esto? Según la médico veterinaria y profesora de genética de la Universidad del Alba, Mylene Seguel, en Chile la primera experiencia de clonación ocurrió en la Universidad de Chile. “Fueron pioneros, con técnicas muy parecidas a las de Dolly, pero en bovinos”, afirma, pero actualmente, un tema genera controversia es la clonación de mascotas que ya varias empresas, como la española Ovoclone, ofrecen. Tras la contratación del servicio, los clientes reciben un kit para rescatar información genética del animal y enviarla al laboratorio. Seguel explica que la clonación se puede llevar a cabo desde un animal fallecido también.
“Si efectivamente se logra mantener en buen estado los cromosomas que estaban dentro de un núcleo, claramente se puede rescatar ese núcleo y trasplantar al óvulo, haciendo el mismo proceso que se hizo con la oveja Dolly. Desde el punto de vista ético entra el tema del bienestar animal y la interrogante de cuál es el objetivo de clonar una mascota. Es netamente por el bienestar del humano. No se considera que el animal pudo haber fallecido, por ejemplo, de Cáncer. Esa enfermedad se podría repetir en el clon, porque es una copia del individuo clonado”, explica la especialista y precisa: “Si el animal murió de viejo, claro, podríamos tener un clon de ese animal desde pequeño, pero a nivel molecular ese animal va a estar con la misma edad genética del fallecido, por lo tanto, esa nueva mascota va a presentar todas las características del animal viejo y su salud va a estar afectada a medida que vaya creciendo. Entonces el dilema ético es ¿cuánto pensamos en el bienestar animal y cuanto desde nuestro punto de vista?”, afirma la académica.
Mylene Seguel, asegura que, en todo caso, actualmente las clonaciones más comunes ocurren a nivel de la medicina en la clonación de tejidos, de órganos. También en la agricultura y en la ganadería se utiliza para conservar y preservar especies en peligro de extinción.