Desde dormir ocho horas a tener buenos hábitos para el proceso de dormir, son fundamentales para evitar alteraciones de sueño que pueden provocar problemas a la salud.
En un mundo cada vez más acelerado, la calidad del sueño o del dormir, suele quedar en un segundo plano, algo a lo que no se le toma la importancia suficiente, por las demandas diarias, afectando directamente la salud física y mental.
El académico de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, Juan Videla, enfatiza la importancia de hacer del sueño una prioridad, destacando su rol esencial en la conservación de la energía, la concentración, la consolidación de la memoria y la regulación metabólica e inmunológica.
“El sueño es una especie de alimento para el sistema nervioso. Quien duerme bien, finalmente vivirá bien”, señala el académico y agrega que “un descanso adecuado permite recuperar energías, optimizar el rendimiento intelectual y mantener el equilibrio emocional. Sin embargo, los trastornos del sueño, como las disomnias y el insomnio, afectan a
un número creciente de personas debido a múltiples factores, como el estrés, enfermedades crónicas, uso de ciertos medicamentos y hábitos inadecuados”.
Principales alteraciones
Hay varias alteraciones que se pueden presentar al no tener hábitos para dormir adecuados, los que pueden generar en insomnio. El docente de la Facultad de Enfermería de UNAB indica que “es una de las alteraciones más comunes y puede ser provocado por factores psicológicos como la ansiedad, condiciones médicas como la hipertensión y la diabetes, o incluso el consumo de sustancias como alcohol, cafeína y tabaco antes de dormir”.
Por otra parte, uno de los estímulos que más afecta un buen descanso es el exceso de estimulación sensorial antes de acostarse. “Esto tiene que ver con el uso de teléfonos móviles, computadoras o televisión y pueden interferir en la conciliación del sueño, generando una deuda de sueño acumulativa con efectos negativos a largo plazo”, sostiene Videla.
Higiene del sueño
Para combatir estos problemas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda adoptar hábitos de Higiene del Sueño, entre ellos dormir al menos ocho horas diarias, evitar alimentos y bebidas estimulantes antes de acostarse, reducir la exposición a pantallas, mantener una luz tenue en la habitación y planificar el día siguiente
antes de dormir para reducir la ansiedad.
“Cuidar la calidad del sueño no solo previene enfermedades, sino que también mejora la calidad de vida, disminuye el estrés y protege la salud del cerebro, un órgano fundamental para el bienestar emocional y mental. Dormir bien es un pilar clave para una vida saludable y equilibrada”, enfatiza el académico.