Un estudio de Perzon.AI, realizado con más de 5.600 empleados y 1.100 empresas en Chile, España, México, Colombia, Uruguay y Brasil, revela que la jornada laboral de cuatro días no solo mejora la eficiencia, sino que también combate de manera significativa el desgaste emocional.
Los resultados muestran que el burnout disminuye entre 15 y 16 puntos, lo que equivale a que un tercio de los trabajadores deja de sentirse “quemado” en su empleo. Este impacto en la salud mental se combina con un alza de productividad por hora: 5 % en España, 4,3 % en Chile y un promedio cercano al 4 % en Latinoamérica.
“El estudio confirma que acortar la semana laboral es una inversión inteligente: los beneficios son medibles tanto en bienestar como en resultados”, explicó Isaías Sharon, psicólogo y fundador de Perzon.AI, quien destacó que la medida se amortiza en 14 meses y deja un retorno de inversión del 38 % a tres años.
El informe también muestra que la intención de permanencia en las empresas crece en 20 puntos, el tiempo de contratación cae en 35 % y que la automatización ligera ya cubre el 30 % de las tareas rutinarias, permitiendo mantener la operación pese a la reducción de horas.
En Chile, aunque la semana de cuatro días aún no es norma, compañías como People & Partners y la startup FirstJob —pionera regional desde 2021— ya la implementan para reducir el estrés y mejorar la calidad de vida. Otros ensayan esquemas 4×3, con jornadas de 10 horas en cuatro días.
Sharon enfatizó que “nueve de cada diez empresas que prueban la semana laboral corta la mantienen, porque reduce el burnout y asegura beneficios sostenibles en el tiempo”.