La exhortación apostólica del Papa León XIV invita a la Iglesia a acompañar a los pobres, transformar estructuras injustas y vivir la fe de manera concreta, mientras resalta la educación como un acto de caridad que forma integralmente a quienes más lo necesitan
El Papa León XIV presentó su primera exhortación apostólica titulada Dilexi te (“Te he amado”), firmada el pasado 4 de octubre, en la festividad de San Francisco de Asís, y publicada oficialmente el 9 de octubre por la Santa Sede. El documento aborda con profundidad el amor cristiano hacia los pobres, situándolo en el corazón mismo de la fe y de la misión de la Iglesia.
La exhortación retoma la tradición de la Doctrina Social de la Iglesia, desde Rerum Novarum hasta Fratelli Tutti, y ofrece una lectura teológica de la pobreza como lugar privilegiado de la revelación del amor de Dios. Escuchar el clamor de los pobres implica no solo atención asistencial, sino también una conversión cultural y transformación de las estructuras sociales que perpetúan la desigualdad. León XIV denuncia nuevas formas de exclusión, como la soledad, el desarraigo o la exclusión educativa y digital, e invita a la Iglesia a desarrollar una presencia activa y comprometida en todos los ámbitos de la vida social.
El texto presenta a Jesús como el Mesías pobre, cuya vida encarna el amor solidario. La opción preferencial por los pobres no es un añadido opcional: es constitutiva de la fe y un criterio para medir la autenticidad del discipulado. Servir a los necesitados es participar en la misericordia de Cristo y construir una Iglesia diaconal y comunional.
“Dilexi te nos recuerda que la Iglesia está llamada a ser una comunidad que acompaña a los pobres en todos los ámbitos de la vida. Cada gesto de cercanía y solidaridad refleja el amor de Dios y es un llamado a vivir nuestra fe de manera concreta, generosa y transformadora”, explica María Claudia Arboleda, académica de la Facultad de Estudios Teológicos y Filosofía.
Un capítulo especial de la exhortación está dedicado a la educación, considerada una de las expresiones más altas de la caridad cristiana. Educar implica amar y acompañar, especialmente a quienes más lo necesitan, integrando conocimiento y servicio, ciencia y compasión. La exhortación recuerda que enseñar no es solo transmitir saber, sino formar en la verdad y en el amor, ofreciendo caminos de libertad y esperanza.
Al respecto, la académica concluye que “la exhortación del Papa León XIV nos invita a repensar la educación como un acto de amor que transforma vidas. Formar en la verdad y el amor significa acompañar a los más vulnerables. Cada acto educativo puede ser una expresión concreta de la caridad cristiana”.