Académica de la Universidad Andrés Bello entrega claves para reconocer cuándo la fiebre en los niños es parte del proceso normal del cuerpo y cuándo requiere atención médica.
La fiebre es uno de los síntomas más comunes en la infancia y, aunque suele generar preocupación en padres y cuidadores, en muchos casos se trata de una reacción normal del organismo frente a infecciones leves. Meline Torreblanca Gamboa, académica de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, así lo explica y destaca que “la fiebre es una señal de que el cuerpo está activando sus defensas, enviando glóbulos blancos y otras células para combatir una infección”.
Causas comunes
Las causas más frecuentes de fiebre en niños son las infecciones virales, como resfriados, gripe o gastroenteritis, y las bacterianas localizadas, como otitis, neumonía o infecciones urinarias. También puede presentarse tras ciertas vacunaciones, pero considerando que suelen ser autolimitadas (24-48 horas) o por procesos inflamatorios.
“La gravedad no depende del número que marca el termómetro, sino del estado general del niño: su nivel de actividad, apetito, hidratación y comportamiento”, aclara la académica.
Algunos niños presentan fiebre más recurrentemente que otros debido a factores como, por ejemplo: la edad, la exposición constante a virus en entornos escolares o guarderías, y condiciones de salud específicas.
En estos casos, la fiebre frecuente no siempre implica gravedad, pero sí exige observación y seguimiento pediátrico.
Manejo en casa
Para manejar la fiebre en casa, la docente recomienda “mantener una buena hidratación, vestir al niño con ropa ligera, evitar abrigarlo en exceso y administrar antipiréticos (dosis indicada por médico tratante) solo si hay malestar evidente. También sugiere registrar la temperatura y vigilar la evolución del cuadro”.
Sin embargo, hay situaciones que requieren consulta médica inmediata: fiebre en lactantes menores de tres meses, temperaturas persistentes por más de tres días, convulsiones, rigidez de nuca, dificultad para respirar, signos de deshidratación o decaimiento extremo.
“La fiebre es una respuesta natural del cuerpo ante infecciones». Lo importante es saber cuándo observar y cómo actuar”, enfatiza la docente.