El trabajo colaborativo entre el Programa Transforma Fruticultura Sustentable de Valparaíso (PerfrutS) y expertos del mundo académico y productivo, busca acompañar a los agricultores en la transición hacia sistemas agrícolas más resilientes, biodiversos y rentables.
En la Región de Valparaíso, la sustentabilidad dejó de ser una aspiración futura para convertirse en una urgencia presente. El cambio climático, la degradación de los suelos y la creciente escasez hídrica están desafiando a los agricultores a repensar sus modelos productivos. Frente a este escenario, el Programa Transforma Fruticultura Sustentable (PerfrutS) de Corfo, ha asumido la tarea de articular a actores, conocimientos y experiencias, con el propósito de promover una agricultura basada en la biodiversidad, la salud del suelo y la intensificación ecológica.
“Hoy el desafío no es sólo producir más, sino producir mejor. Eso implica fortalecer los ecosistemas agrícolas para que sean más equilibrados, menos dependientes de insumos externos y más rentables a largo plazo”, explica Marcela Carrillo, gerente del PERFRUTS.
Según señala, la estrategia del programa busca generar evidencia local y acompañamiento técnico que permita a los productores visualizar los beneficios económicos y ambientales de la transición: “Sabemos que el cambio da temor, especialmente cuando se trata del sustento de muchas familias. El cambio genera incertidumbre. Por eso estamos trabajando junto a los agricultores, en terreno, para demostrar que la sustentabilidad puede ser una aliada de la productividad y la rentabilidad”.
Bajo esta mirada, recientemente se reunieron diversos expertos en biodiversidad e intensificación ecológica en un seminario organizado por PERFRUTS, el Centro Regional Ceres, el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y la Escuela de Agronomía de la PUCV. El encuentro permitió profundizar en los desafíos y oportunidades que implica convocar a los productores a transitar hacia una nueva forma de hacer agricultura, más sustentable, diversa y en equilibrio con los ecosistemas.
Suelos vivos, campos sanos
Para el reconocido agroecólogo Agustín Infante, la base de toda agricultura sustentable está bajo los pies: en el suelo. “Lo que necesita la agricultura para ser sustentable es que el suelo esté oscuro, que tenga materia orgánica, actividad biológica, lombrices, microorganismos. Si el suelo mejora, las plantas estarán más sanas y habrá menos ataques de plagas y enfermedades. Así dejamos de contaminar el ambiente y bajan los costos”, señala.
Infante sostiene que la clave está en reactivar la fertilidad natural del campo, algo que no sólo mejora el ecosistema, sino también la economía del productor. “Cuando el suelo se recupera, los costos de fertilizantes y pesticidas disminuyen, y lo que el agricultor ahorra queda en su familia. La pelea no es por rendimiento, sino por rentabilidad”, enfatiza. Y aunque reconoce que “el proceso requiere paciencia y trabajo”, el beneficio es considerable.
La biodiversidad como aliada
El Ingeniero Agrónomo, Magíster en Ciencias del Suelo de la Universidad Austral de Chile y PhD en Ecología de Lincoln University en Nueva Zelanda, Mauricio González, coincide en que el cambio debe ser gradual y acompañado. “No podemos pasar de golpe de un sistema convencional a uno regenerativo, porque el equilibrio del campo se sostiene con las prácticas actuales. Si quitamos todos los insumos de una vez, se desequilibra. Por eso la transición debe ser progresiva, tanto en superficie como en reducción de fertilizantes”, explica.
González plantea que la clave para convencer al agricultor de hacer esta transición es mostrarle resultados en terreno. “Podemos dar muchos datos, pero lo que realmente convence es ver que funciona. Por eso es tan importante contar con predios piloto o faros agroecológicos, donde los productores puedan observar que otro agricultor, igual que ellos, logró hacerlo con éxito”.
Justamente, desde PerfrutS se está impulsando la creación de espacios demostrativos, de intercambio de conocimientos y de transferencia tecnológica, donde los agricultores puedan aprender directamente de la experiencia de sus pares, de expertos y de los asesores que los acompañan en la adopción de nuevas prácticas.
El carbono y la resiliencia de los suelos
Por su parte, el Ingeniero Agrónomo e Investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad, José Pablo Lladser, recalcó que una agricultura más sostenible también debe enfocarse en el manejo y captura de carbono en el suelo, un componente esencial para la productividad y la mitigación del cambio climático.
“Cuando el suelo mejora su estructura y su retención de agua, no solo almacena carbono, también mejora la eficiencia hídrica y la producción”, detalla.
Lladser agrega que los beneficios son visibles incluso sin análisis complejos. “Se nota en el color más oscuro del suelo, en la humedad que retiene por más tiempo y en la salud de las plantas. Es un cambio que se ve y se siente”, sostiene. Por ello, el experto es claro en su llamado a la acción: “Estamos en una crisis global donde los agricultores son actores clave. Si queremos dejar un futuro mejor a nuestros hijos y nietos, tenemos que empezar esta transición ahora”.
Intensificación Ecológica
Destacando la importancia de comprender la intensificación ecológica como una herramienta clave para compatibilizar la productividad con la conservación, el doctor en Ecología y Biología Evolutiva, Juan Luis Celis, enfatizó que “es necesario romper esa falsa dicotomía de o conservamos o producimos. La agricultura es un sistema natural modificado por el ser humano, pero es parte de la naturaleza. Trabajamos con plantas, con el suelo, con microorganismos, con insectos”.
“La intensificación ecológica busca reemplazar los insumos externos por la provisión de servicios ecosistémicos, aprovechando los procesos naturales del propio agroecosistema para hacerlo más eficiente, resiliente y productivo. Estamos proveyendo servicios ecosistémicos a los sistemas agrícolas y eso los hace más eficientes y productivos”, enfatizó Celis.
Un cambio que se construye desde el territorio
La experiencia de los tres expertos coincide en un punto central: la transición hacia una agricultura sustentable no es una moda, sino una necesidad. Y aunque el camino requiere tiempo y acompañamiento, los beneficios ambientales, productivos y económicos, son cada vez más evidentes.
Bajo esa consigna, Marcela Carrillo explicó que todos los esfuerzos del PerfrutS están enfocados en la generación de redes, herramientas y conocimiento aplicado para apoyar a los productores de las distintas provincias de la Región de Valparaíso, considerando las particularidades de cada territorio.
“La agricultura sustentable no se impone, se construye. Y se construye con los agricultores, desde su experiencia, con evidencia local y con confianza. Ese es el camino que estamos impulsando como programa: una agricultura con suelos vivos, biodiversa y con futuro”, finalizó Carrillo.