El Black Friday es uno de los eventos más reconocidos por la amplia oferta de descuentos que se promocionan simultáneamente. En este contexto, muchos consumidores enfrentan una dificultad común: determinar si una oferta corresponde a una rebaja real o si el precio fue elevado previamente para simular un descuento.
Ante este escenario, surge la necesidad de contar con mecanismos que permitan comparar valores y revisar cómo han variado en días o semanas previas. Esto se vuelve especialmente relevante cuando aparecen rebajas muy llamativas o productos con nombres similares que pueden inducir a error.
Claudio Álvarez, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes (Uandes), comenta que uno de los métodos más efectivos para saber si una oferta es real es revisar precios históricos en plataformas de comparación, como Knasta o Solotodo. Estas herramientas permiten ver si el valor realmente bajó o si fue elevado antes del evento.
Señales para detectar precios “inflados”
El experto señala que comparar valores fuera del Black Friday ayuda a evaluar la consistencia de la rebaja. Revisar el precio en el sitio oficial de la marca, en diversas tiendas o plataformas permite determinar si la oferta coincide con los valores de semanas previas.
Álvarez indica que la magnitud del descuento también es un indicador útil, ya que algunas promociones se aplican a modelos descontinuados, tallas específicas o últimas unidades. Cuando el resto del mercado mantiene precios altos, esa diferencia puede sugerir un valor “inflado”.
Además, el especialista Uandes recomienda revisar opiniones recientes en redes sociales y foros, donde suelen circular listados de ofertas sospechosas que pueden servir como una señal adicional para evaluar el riesgo.
Otra señal relevante es verificar que el producto tenga las mismas especificaciones técnicas del modelo habitual, ya que algunas tiendas rebajan versiones antiguas con nombres similares, lo que puede generar confusión al comparar valores.
Finalmente, Álvarez enfatiza en que los consumidores se informen, comparen precios y si van a comprar, que lo hacen desde fuentes oficiales y verificadas. Estas prácticas permiten identificar ofertas reales y disminuir el riesgo de encontrarse con precios “inflados” o promociones poco transparentes durante el Black Friday.