A semanas de cerrar el año legislativo, es urgente avanzar en la aprobación del proyecto de Sala Cuna Universal. Chile ha postergado sistemáticamente esta reforma, pese a la evidencia robusta de su impacto positivo.
Durante décadas, múltiples gobiernos han intentado corregir la discriminación del artículo 203 del Código del Trabajo. Ninguno de esos esfuerzos ha prosperado, y esta postergación sostenida ha afectado de manera directa las trayectorias laborales y los ingresos de millones de mujeres.
Hoy existe un proyecto que representa un avance relevante, al desanclar el costo de la sala cuna de la contratación femenina. Por eso, desde ComunidadMujer vemos con frustración que se vuelvan a plantear obstáculos para su avance y nos sumamos a las organizaciones que han llamado a aprobar el proyecto.
Porque los datos son claros: centros de estudios, la sociedad civil y la academia han demostrado consistentemente que avanzar en Sala Cuna Universal impactaría en más empleo para las mujeres, con consecuentes efectos positivos sobre el PIB. Y los datos recientes -el Zoom de Género del OCEC UDP, ChileMujeres y la Cámara de Comercio de Santiago A.G.- confirman estos efectos positivos en el marco del modelo planteado por el actual proyecto de ley en discusión.
La pregunta, a estas alturas, no es si se puede seguir discutiendo este proyecto, sino hasta cuándo será políticamente aceptable mantener una discriminación persistente contra las mujeres. Resolver esta deuda es condición básica para hablar de desarrollo.
Chile tiene la oportunidad -y la responsabilidad- de aprobar una Sala Cuna Universal que permita avanzar hacia un sistema de cuidados más justo y hacia una economía más inclusiva.