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El impacto del volumen alto en la salud de tus oídos

Escuchar música o contenidos durante varias horas con auriculares puede parecer inofensivo, pero cuando el volumen es elevado, las consecuencias pueden ser irreversibles. A menudo, no somos conscientes de cómo ciertos hábitos cotidianos impactan directamente sobre nuestros sentidos, y el oído es uno de los más vulnerables.

El uso prolongado de audífonos a un volumen alto es una de las principales causas de pérdida auditiva en personas jóvenes. Así que ya sabes, si estás usando con demasiada frecuencia tus auriculares debes ser muy precavido en este aspecto.

Nuevas tecnologías y prevención

La buena noticia es que la tecnología actual permite disfrutar del sonido con menor riesgo si se toman las precauciones adecuadas. Marcas como audífonos Aiwa, JBL o Sony incorporan limitadores de volumen, cancelación de ruido activa e incluso apps que alertan cuando el tiempo de exposición supera lo recomendable. Estas herramientas pueden ser aliadas, pero de nada sirven si no hay un cambio de hábito en el usuario.

Algunas marcas lanzan promociones como la Black Week, donde se suelen adquirir audífonos de alta gama a precios más bajos. Aunque estas ofertas pueden ser una buena oportunidad para mejorar la calidad del audio, es importante no perder de vista que el cuidado de la salud auditiva no depende del precio o la marca, sino del uso consciente del producto.

¿Cómo afecta la exposición prolongada al ruido a la audición?

El oído humano está diseñado para tolerar sonidos de la vida diaria, como una conversación o el canto de los pájaros. Sin embargo, la exposición continua a sonidos superiores a los 85 decibeles puede dañar las células ciliadas del oído interno, que son responsables de convertir las vibraciones en señales eléctricas que el cerebro interpreta como sonidos.

Estas células no se regeneran, por lo tanto, una vez dañadas, la pérdida auditiva es permanente. Por ejemplo, algunos modelos de auriculares, pueden alcanzar fácilmente niveles de 100 decibeles si se usan al volumen máximo, lo que puede incrementar el riesgo de daño si se mantiene durante períodos prolongados.

Esto no solo ocurre en entornos laborales ruidosos o en conciertos. Muchas veces, el daño comienza con prácticas tan simples como usar auriculares en el transporte público o al hacer ejercicio, sin tener en cuenta la intensidad del volumen.

Cuando los oídos están sometidos a volúmenes altos por tiempos prolongados, el primer síntoma suele ser el zumbido temporal (acúfeno). Con el tiempo, si no se modifica la conducta, ese zumbido puede volverse crónico por lo que mencionamos antes. Además, el oído va perdiendo sensibilidad, especialmente para las frecuencias altas, lo que genera dificultades para comprender conversaciones, incluso en ambientes silenciosos.

En casos más avanzados, las personas pueden experimentar hipersensibilidad al sonido (hiperacusia), dificultad para seguir conversaciones grupales o necesitar un esfuerzo cognitivo mayor para interpretar sonidos, lo que deriva en fatiga auditiva y mental.

¿Cuáles son las consecuencias del uso prolongado de audífonos?

El uso constante de audífonos, especialmente en espacios ruidosos donde se tiende a subir el volumen, puede acelerar el desgaste de la capacidad auditiva. Aunque muchas marcas han mejorado la calidad de sonido y han incorporado tecnologías para proteger la audición, el problema no es el dispositivo, sino el uso que se le da.

Además del volumen, otro factor de riesgo es el tiempo. La Organización Mundial de la Salud recomienda no usar audífonos más de una hora al día a más del 60% del volumen máximo. No respetar estos límites genera una presión continua sobre el sistema auditivo, comprometiendo su capacidad de recuperación.

Marcas reconocidas como audífonos Aiwa, que se promocionan por su sonido envolvente y claridad, también pueden representar un riesgo si se utilizan de forma incorrecta. No se trata de evitar los audífonos, sino de aprender a usarlos de forma responsable, reduciendo el volumen y limitando la exposición.

¿Cómo afecta la intensidad del sonido a la salud auditiva?

La intensidad sonora se mide en decibeles (dB), y la relación entre volumen y daño no es lineal, sino exponencial. Cada aumento de 10 dB duplica la intensidad percibida del sonido. Esto significa que un sonido de 95 dB no es apenas un poco más fuerte que uno de 85 dB, sino que es el doble de dañino para el oído.

Los audífonos pueden alcanzar fácilmente entre 95 y 110 dB si se utilizan al máximo volumen. A ese nivel, bastan solo unos minutos para comenzar a causar daño auditivo. Esta es una realidad poco conocida por el público general, especialmente por los adolescentes, uno de los grupos más expuestos al uso excesivo de dispositivos de audio.

Factores que agravan el impacto del ruido

No solo importa el volumen, sino también el contexto. Escuchar música fuerte en ambientes ruidosos (como la calle o el metro) hace que el cerebro compita con el entorno para entender los sonidos, y eso lleva a subir aún más el volumen. Este comportamiento, repetido en el tiempo, aumenta el riesgo de pérdida auditiva inducida por ruido.

Además, no descansar los oídos es otro error frecuente. Al igual que otros órganos del cuerpo, el sistema auditivo necesita pausas para recuperarse. El descanso auditivo es clave, sobre todo después de exposiciones intensas o prolongadas.

El problema silencioso de la pérdida auditiva gradual

Uno de los aspectos más preocupantes es que la pérdida auditiva por exposición al ruido no se manifiesta de forma abrupta. Es un deterioro progresivo que se nota cuando ya hay daño considerable. Por eso, es común que muchas personas descubran que tienen problemas de audición recién en una consulta médica, al notar que deben subir el volumen del televisor o pedir que repitan lo que se dijo con frecuencia.

Detectar a tiempo los síntomas iniciales, como la dificultad para oír en ambientes con ruido de fondo o la sensación de que los demás murmuran, puede hacer la diferencia. En estos casos, lo recomendable es consultar a un especialista y hacer estudios auditivos periódicos.

Cómo proteger la audición en el día a día

Mantener la salud auditiva es posible con acciones simples. Evitar el uso de auriculares en ambientes muy ruidosos, descansar los oídos entre sesiones de escucha, y mantener el volumen por debajo del 60% son estrategias clave. También es útil optar por auriculares externos en lugar de los que van dentro del canal auditivo, ya que estos últimos están más cerca del tímpano y, por ende, presentan un mayor riesgo.

Incluir pausas auditivas en la rutina diaria ayuda a preservar la audición a largo plazo. Si el entorno lo permite, reemplazar los audífonos por altavoces a volumen moderado también es una forma de reducir la exposición.

La importancia de educar desde temprano

Muchos casos de pérdida auditiva en adultos jóvenes podrían haberse evitado con educación temprana. Enseñar a niños y adolescentes sobre los riesgos del sonido fuerte y prolongado, así como fomentar hábitos saludables de escucha, es una inversión en salud futura.

La normalización del uso constante de audífonos, incluso para dormir, estudiar o hacer deporte, ha contribuido a que se pierda la conciencia sobre los límites saludables. Revertir esta tendencia requiere campañas de concientización, participación de padres y docentes, y decisiones personales responsables, sobre todo ahora que se aproxima la Black Week y la compra de audífonos aumenta.

En fin, en tiempos donde la música, los podcasts y el contenido digital están disponibles 24/7, la tentación de permanecer siempre conectados al sonido es constante. Sin embargo, el oído necesita cuidados igual que cualquier otro órgano. La prevención no solo evita problemas auditivos, sino que mejora la calidad de vida en general, al permitir mantener una buena comunicación, concentración y bienestar emocional.

Escuchar con placer no debe implicar un riesgo. Aprender a disfrutar del sonido sin dañar la salud auditiva es posible, y depende en gran parte de decisiones cotidianas. El volumen que elijas hoy puede marcar la diferencia en tu capacidad de oír mañana.

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