Investigación científica, redes y productos son algunos de los resultados.
Un positivo balance, con importantes avances en investigación del virus dengue y otros arbovirus transmitidos por el mosquito Aedes aegypti, realizó la directora del proyecto Anillo ATE220020 “Red Una Salud: dengue y arbovirus emergentes de importancia médica DEMIV-OH”, que lidera la Escuela de Medicina UV, al cumplirse tres años de su ejecución.
“Hemos dado un paso gigantesco en este tema en Chile, ya que no había mucha información al respecto. Hoy contamos con evidencia científica relevante para la toma de decisiones y para continuar con nuevas investigaciones. Son líneas a las que esperamos dar continuidad, lo que implica seguir colaborando con instituciones nacionales e internacionales, y con las y los investigadores que conocimos durante el Anillo para extender esta red”, señaló la directora del proyecto, Ximena Collao, en el Simposio “Aportes a la investigación en arbovirus de importancia médica y One Health”.
Participan también del proyecto: María Elizabeth Guerra (Medicina UV), directora alterna; los investigadores principales Rodrigo Salas (Ingeniería Biomédica UV), Daniela Figueroa (IFICC) y Pablo Moya (Ciencias UV); y los coinvestigadores Christian González (UMCE) y Sergio Scott (IFICC).
El proyecto tiene como objetivo desarrollar un observatorio de vigilancia temprana en entomovirología, que contribuya a la promoción, prevención y control eficiente del virus dengue y otros arbovirus de importancia médica en los territorios de Arica y Parinacota y Rapa Nui, incorporando la investigación, desarrollo e innovación.
La directora agregó que, gracias a la iniciativa, se logró generar investigación en el desarrollo de productos tecnológicos para la identificación y control eficiente de los vectores del virus y otros arbovirus emergentes, con la incorporación de la ciencia ciudadana y abordaje Una Salud, así como describir los ambientes naturales con riesgo de presentar la circulación de mosquitos vectores, posibles reservorios y arbovirus de importancia médica.
Productos
Además, contabilizando hasta el segundo año, el proyecto ha realizado doce eventos de organización científica, participó en 23 eventos científicos, tres colaboraciones científicas internacionales, desarrolló una plataforma web y redes sociales, diez eventos de difusión, tres conexiones público privadas, diez tesis de pre y postgrado —la mayoría aún en ejecución—, dos libros y tres publicaciones en revistas indexadas.
Junto con ello, se generó una red con universidades e instituciones públicas de salud humana y animal, que queda de legado para seguir colaborando en investigación; el trabajo realizado con la comunidad; y el refuerzo en equipamiento para ofrecer más servicios en la región.
“One Health es la mirada que aborda todos los ámbitos de estudio de este tipo de enfermedades. Somos quienes iniciamos la investigación en este tema y seguimos liderando. Hay muchas universidades y otros investigadores que se han ido sumando, pero claramente llevamos un proceso de años de investigación y de aprendizaje de los arbovirus. Esperamos seguir postulando a fondos públicos, ya hemos ido participando en distintas convocatorias junto a otras universidades para poder continuar en las mismas líneas de investigación”, comentó la doctora Collao.
Fruto de esta red, las investigadoras Ximena Collao y María Elizabeth Guerra fueron convocadas recientemente a una reunión con la Organización Panamericana de Salud (OPS) y otras instituciones, como una primera aproximación de lo que va a ser la política pública One Health en Chile.
“Es una hoja de ruta en la cual comenzamos a trabajar con distintas instituciones, principalmente lideradas por la OPS, además de ministerios y universidades que están en la temática OH. Este es un trabajo de largo aliento, que recién comienza”, señaló Ximena Collao.
La experiencia de Uruguay
Como invitadas internacionales en el Simposio “Aportes a la investigación en arbovirus de importancia médica y One Health”, participaron Gabriela Willat, directora de zoonosis y vectores del Ministerio de Salud Pública de Uruguay, junto a Alicia Alemán, directora de la Unidad Académica de Medicina Preventiva y Social de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República de Uruguay.
Willat dio a conocer la experiencia del abordaje del dengue en Uruguay en 2024, cuando se registró una epidemia por este virus, luego de tener erradicado el mosquito Aedes aegypti durante 39 años.
“En Sudamérica los únicos países que tienen el vector y no tienen dengue eran Chile y Uruguay. En 2016 tuvimos el primer mini brote. Después se empezaron a repetir brotes hasta 2024 cuando tuvimos una gran epidemia que afectó a todo el país con más de mil casos entre importados y autóctonos”, señaló.
En su opinión, se debe avanzar rápidamente en estrategias innovadoras, ya que hacer más de lo mismo no tiene resultado. “Si seguimos con la misma metodología de recorrer viviendas, no hay capacidad física que resista y llegamos tarde. No podemos seguir repitiendo esos modelos. Hay que emplear nuevas estrategias, como utilizar al mosquito con la técnica del insecto macho estéril, modificaciones genéticas o estaciones diseminadoras de insecticida, en las que se usa al mosquito para llevarlo a los recipientes. Es decir, usar al mosquito en su contra”, dijo.
Cabe mencionar que a nivel de Sudamérica, en 2024 se registraron doce millones de casos de dengue con seis mil fallecimientos (tasa de mortalidad 0,05).
Por su parte, Alicia Alemán, académica de la Universidad de la República de Uruguay, comentó que la academia en su conjunto colaboró en la detección y esterilización de mosquitos.
“En nuestra universidad tenemos el Proyecto Frontera junto con Brasil, que contempla la participación ciudadana para la vigilancia y el control del mosquito. Hace dos años venimos trabajando en vigilancia participativa de base comunitaria en áreas de frontera. Para eso, se identificó a líderes comunitarios y trabajamos con ellos en la elaboración de un plan para reducir la transmisión y reproducción del mosquito, así como educar en protección personal”, explicó.
“Los mosquitos no tienen fronteras, y la aparición de enfermedades y mosquitos infectados dependen de la movilidad de personas a través de la frontera, que en nuestro caso es una calle”, precisó.