Con el fin de profundizar en la problemática de las tomas y el caso del asesinato del ingeniero Alejandro Correa, el senador Manuel José Ossandón recibió a su hija Valentina y su abogada Jeannette Bruna.
“Yo fui alcalde y sé lo que son las tomas, sin embargo, la problemática que vemos hoy día es distinta. Alguien que denuncia una toma ilegal de un terreno termina muerto, porque hay sicarios, crimen organizado y narcotráfico y también porque el Estado abandonó la aplicación del estado de derecho”.
Con estas palabras el Presidente del Senado, Manuel José Ossandón se refirió a la audiencia que sostuvo con Valentina Correa, hija del ingeniero Alejandro Correa quien fue asesinado en 2020, por un sicario frente a su casa en Concón, tras denunciar la usurpación de sus terrenos.
En la oportunidad, la joven estuvo acompañada de su abogada Jeannette Bruna, luego de un largo proceso que culminó con la demolición de viviendas y desocupación del terreno tomado por pobladores en Quilpué.
“Se trata de entender que pasó y saber qué podemos hacer para que esta situación no vuelva a repetirse en Chile”, dijo el senador Ossandón. “La gente debe entender que para acceder a una vivienda social hay que postular a políticas públicas y que no exista gente que se dedica a vender terrenos irregulares y usa estos mecanismos para lavar dinero y cometer otros delitos”.
Por su parte, Valentina Correa, agradeció al titular del Senado “perdimos lo más importante que es a mi papá, pero queremos contribuir a que se cumpla la justicia y, en ese sentido, queremos que esta situación no se repita”.
Precisó que su intención es que “las instituciones nos escuchen porque esto requiere un trabajo intersectorial. Ya vivimos este duelo y no queremos que nadie más en Chile vuelva a vivir la desidia del Estado”.
A su turno, la abogada Bruna precisó que las leyes en Chile están, prueba de ello es que una sentencia judicial condenó al Ministerio de Vivienda a aplicar el desalojo de los terrenos tomados. Lo que falta es la voluntad política y la capacidad de gestión. Esperamos que al resto de los chilenos nunca les pase que por levantar el teléfono y denunciar una usurpación terminen muertos”.