Buscar

Voilà! Por Raúl Caamaño Matamala, profesor Universidad Católica de Temuco

Hace solo unas semanas volví a sorprenderme con una magnífica, ¡qué digo!, más que magnífica interpretación de Voilà, una canción que, en esencia, creo representa en varios sentidos la lengua y cultura francesa. La expresión, la palabra misma, es empleada en diversos contextos y en todos ellos asoma la raíz de la lengua francesa y de su cultura. Eso, porque no es solo la magia de escucharla, sino lo que representa en el entorno en que es utilizada.

La escuché varias veces, mientras leía y escribía, y también observé la interpretación de una jovencísima cantante holandesa Emma Kok. La interpretación a la que aludo es la que aparece en la red de redes, cuando es presentada por el violinista y director de orquesta holandés, André Rieu. Los invito a escucharla y verla, sobrecoge la interpretación.

Voilà es una expresión que puede interpretarse como “he aquí” o “ahí está”, así sencillamente, pero no, no es nada sencillo, porque tiene muchos contextos en que puede ser utilizada. Así, a modo de ejemplo, puede ser “¡aquí lo tienes!”, como cuando se entrega algo a alguien; otra posibilidad, “¡listo!”, expresión dicha al término de una acción realizada, ejecutada, quizás como nuestra tan habitual “¡ya!” o la muy coloquial, “¡listoco!”; una más, puede ser la equivalente a “¡eso es!”, empleada como afirmación o confirmación de algo, ni más ni menos. Todo parece sencillo, y no lo es, no es solo un simple intento de acercar algunos de los posibles significados de “voilà!”.

En una ocasión, de esas en que movilizo a nuestros nietos, entre diálogos sencillos y a veces nada sencillos, comenté que había escuchado la interpretación de Emma y que me gustaría que la menor de nuestras nietas alguna vez pudiera ensayar e interpretar la canción. Y escuchamos en el auto, una interpretación de Emma, de hace dos años, cuando tenía quince años; su registro vocal es muy bueno.

Hoy, el mayor de nuestros nietos me interpeló, así, al paso, evocando esa conversación, y esa audición, y me sorprendió otra vez, invitándome a escribir acerca de la palabra “voilà”; hum!, le dije que lo haría. Ah, es habitual lector de algunas de mis columnas.

“¡He aquí!”, “¡aquí estoy!”, “¡en eso estoy!”, quizás tres veces “voilà”. Claro, traigo a mi memoria las clases de francés en el liceo de hombres número 1 de Temuco, en los años sesenta, con madame Eliana Talavera. Tuve esa suerte, de aprender algo de francés en la secundaria. Genial el genio de la señora Eliana, gran maestra. ¿Cómo se las arreglaba con casi cuarenta jóvenes en la sala para enseñarnos y aprender un idioma bello como el francés? Ella tenía la clave, el genio. Me traslado en el tiempo, y ya me parece escucharla y verla pronunciar “voilà!”

León, ¡en eso estoy!, ¡aquí estoy!, ajustando mis ideas para conectar la palabra, la interpretación de Emma y tu pedido.

Algún día, quizás todos los días, en nuestras propias expresiones verbales y no verbales de nuestra lengua española, no pocas de ellas, más de una se ajusta a la equivalencia de la muy francesa “voilà!”; no obstante, nunca lograremos dar con la esencia, con la emotividad, con el alma de “voilà!”. Podemos sí consolarnos con el intento, con oírla, con remedarla, o repetir, de tanto en tanto, la interpretación de Emma Kok (no lo he dicho, escúchenla en yutub, no se arrepentirán de detener el tiempo unos cinco minutos, o algo así).

Voilà! Mission accomplie! Voilà!

 

noticias relacionadas

¿De quién es la responsabilidad cuando se falsifica un documento? Por Daniel Errázuriz Silva Sociólogo y Gerente Comercial de GoFirmex

Día Mundial de la Alimentación: proteger la mesa es proteger la vida. Por María Paz Cárcamo Académica investigadora de la Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía Universidad de Las Américas

Costo de criar un hijo en Chile, desafío para las mujeres. Por Carmen Gloria Arroyo, Abogada y socia del área de Familia GrupoDefensa.cl

Instagram a los 15: originalidad en tiempos de abundancia de IA y la hegemonía del video. Por Ariel Jeria, Gerente general de Rompecabeza