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Soñar, trabajar, unir: el mismo corazón que mueve a la Teletón y al emprendimiento. Por María Elba Chahuán, Vicepresidenta y Fundadora de Unión Emprendedora

Hay algo que siempre he admirado profundamente de la Teletón: su capacidad de unirnos. En un país donde tantas veces nos sentimos divididos, esta obra logra lo que pocos consiguen: ponernos de acuerdo. Por unas horas, Chile late al mismo ritmo, con un sólo propósito y con el corazón en el centro.

Y cuando pienso en ese espíritu, no puedo evitar relacionarlo con el alma de los emprendedores de Chile. Porque en el fondo, la Teletón y el emprendimiento tienen mucho en común. Ambos nacen del amor por lo que se hace, del trabajo colectivo, de la esperanza en un futuro mejor y de la convicción de que con esfuerzo, nada es imposible.

Cada día, más de mil profesionales trabajan en los institutos de Teletón desde Arica hasta Aysén, acompañando los procesos de rehabilitación de más de 32 mil niños, niñas y jóvenes. Lo hacen con dedicación, cariño y compromiso. Esa decisión de levantarse todos los días para cambiar vidas,es la misma fuerza que veo en miles de emprendedores a lo largo del país, que abren sus negocios, crean oportunidades y sostienen familias con su trabajo.

Porque al igual que en la Teletón, los emprendedores también creemos en los sueños, en el poder del «sí se puede», en construir futuro paso a paso, aunque el camino no siempre sea fácil. Sabemos que los grandes logros se consiguen cuando muchas manos se unen con un propósito común.

Cerca del 70% de los aportes de la Teletón provienen de personas, familias y emprendedores. Es decir, de ese Chile que trabaja todos los días y que, pese a todo, sigue creyendo. Y eso me emociona profundamente, porque demuestra que la solidaridad no está reservada a unos pocos, sino que vive en cada rincón del país, en cada almacén, en cada pyme, en cada corazón que decide aportar

La Teletón nos enseña también sobre inclusión, un valor esencial para el Chile que queremos construir. La verdadera rehabilitación no termina en la terapia, sino cuando la sociedad abre sus puertas al talento y la participación de todas las personas. En los emprendimientos tenemos mucho que aportar ahí: al dar oportunidades, al contratar sin prejuicios, al valorar la diversidad como una fortaleza.

En un país de emprendedores, la Teletón es nuestro gran espejo. Nos recuerda que los sueños se sostienen con trabajo, que la esperanza se multiplica cuando colaboramos y que el éxito, como la rehabilitación, se construye en comunidad.

Por eso, este año quiero hacer un llamado: participemos, apoyemos, pongamos nuestro corazón. Cada aporte, ya sea grande o pequeño, es una acción que transforma vidas. La Teletón no es sólo un evento, es una forma de mirar la vida, con empatía, con compromiso y con la certeza de que juntos somos capaces de lograr lo imposible.

Porque cuando Chile se une, no hay límites.

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