En la tercera edición del destacado festival, que volvió a la Neue Nationalgalerie de Berlín, a más de 10 años de su inicio, la artista nacional Macarena Ruiz-Tagle fue la única chilena presente en la propuesta alemana que reunió a cerca de 100 destacados artistas de diferentes partes del mundo, en la mayor cita del calendario cultural berlinés, que se realizó entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre.
La importancia de este festival radica en articular una red intergeneracional e interdisciplinaria que aborda desafíos sociales y ecológicos, fomenta la agencia colectiva y devuelve a la institución museística un rol de laboratorio cívico y creativo.
Ruiz-Tagle ya había sido parte de esta iniciativa, que cuenta con un equipo curatorial y de coordinación que incluye a Christina Werner y colaboradores, con iniciativa de Klaus Biesenbach y Olafur Eliasson.
La apuesta de Olafur Eliasson
El festival es iniciativa del famoso artista islandés-danés Olafur Eliasson, reconocido por sus esculturas e instalaciones a gran escala, y contiene piezas realizadas por los estudiantes del taller de arte experimental que dictó durante cinco años.
“Olafur decía que hay que empezar a hacer hoy mismo las cosas para llegar a la meta que uno tiene como artista . Es bonito que 10 años después se logre haber hecho” comentó Macarena Ruiz.
Parte de la carrera de Eliasson está marcada por representar a Dinamarca en la Bienal de Venecia de 2003, y ha realizado muestras en instituciones de renombre internacional como la Tate Modern, el MoMA y el Palacio de Versalles.
Ruiz-Tagle, discípula de Eliasson, luego de haber estudiado en el taller experimental, ya participó en esta iniciativa en su debut en 2014. Para esta edición, contó con un espacio en la planta baja de la Nationalgalerie, en la que presentó cuatro pinturas en seda, en medio formato, de abstracción de paisajes”.
“Mi trabajo está basado en la solastagia, como la nostalgia el ambiente o naturaleza que había antes. La sensación de que con el calentamiento global los entornos han ido cambiando, y no se sabe qué va a pasar con ellos. Mi trabajo intenta generar paz y tranquilidad con la naturaleza, con la certeza de que es más sabia” asegura Ruiz
Tagle.
La importancia del Festival of Future Nows
Diez años después de su debut, el regreso a la Neue Nationalgalerie reafirmó al festival como la cita mayor del calendario cultural berlinés que promueve accesibilidad a través de una entrada gratuita, y el cruce de públicos en un hito arquitectónico de Mies van der Rohe. Su combinación de densidad programática, participación ciudadana y enfoque interdisciplinario lo convierte en un termómetro de prácticas artísticas contemporáneas y en un motor de imaginación colectiva sobre futuros posibles.
La propuesta ha sido clave para re imaginar el museo como espacio social y de imaginación compartida, integrando performances, obras sonoras, coreografías, danza, talleres e intervenciones que invitan al diálogo y la participación activa del público. De hecho, más de 20 mil personas participaron de esta edición. Su foco en problemáticas urgentes —sociales y ecológicas— y en dinámicas de cooperación lo posiciona como plataforma que conecta a artistas emergentes y consagrados con audiencias diversas dentro de una gran institución.
“Habitualmente es un espacio para artistas fallecidos, es un espacio histórico. Que te pongan, como artista chilena, en un lugar tan internacional, en general no pasa. Acá mismo, en otros pabellones, hay obras de Roberto Mata y Miró, y el que tu trabajo sea visto, que una artista latinoamericana esté acá, fue difícil. Es un honor y un premio al sacrificio”