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Coquimbo Unido histórico: cuando la palabra “campeón” se convierte en convicción. Por Frano Giakoni Ramírez, director de la carrera de Entrenador Deportivo UNAB.

Coquimbo Unido hizo historia. Por primera vez, el club se coronó campeón del fútbol chileno tras vencer a Unión La Calera y asegurar el título de la Liga de Primera 2025. Pero detrás de las medallas y los festejos, hubo algo más profundo que marcó este proceso: la transformación de una creencia colectiva en una certeza compartida.

Durante toda la temporada, su técnico, Esteban “Chino” González, evitó hablar de “campeonato”. Se le atribuía una mezcla de humildad y cábala, una manera de mantener al equipo con los pies en la tierra. Sin embargo, su ayudante, Miguel Pinto, reveló días después que hubo un momento, a mitad de año, en que el entrenador rompió el silencio y dijo por primera vez la palabra “campeón”. Lo hizo, cuenta Pinto, con una voz distinta: no como un deseo, sino como una convicción. Desde entonces, algo cambió en el vestuario.

Ese detalle, una sola palabra, puede parecer menor en un deporte donde las tácticas, las estadísticas y los fichajes suelen dominar la conversación. Pero lo que ocurrió en Coquimbo es, en esencia, una lección de liderazgo deportivo. González no solo dirigió un equipo: construyó una identidad, un relato interno que unió al plantel detrás de una idea. No fue magia ni superstición, fue gestión emocional, una habilidad cada vez más reconocida en las ciencias del deporte como determinante del rendimiento colectivo.

Los jugadores confiaron, no porque se les ordenara creer, sino porque el cuerpo técnico creó un entorno de respeto, libertad y responsabilidad compartida. Les exigió disciplina, pero también creatividad. Les pidió rendir, pero sin miedo a equivocarse. Ese equilibrio entre estructura y confianza es el que diferencia a los equipos que compiten de los que trascienden.

En un fútbol chileno acostumbrado a la impaciencia y la presión por los resultados inmediatos, el caso de Coquimbo Unido demuestra que los grandes logros no nacen solo de los presupuestos, sino de los procesos. El “Chino” González entendió algo que muchos olvidan: que el convencimiento es tan importante como la táctica, que la fortaleza mental se entrena tanto como la resistencia física, y que un equipo campeón primero se construye en la cabeza antes que en la cancha.

Cuando finalmente se atrevió a pronunciar la palabra prohibida, su plantel ya estaba listo para creerla. Lo demás fue consecuencia: trabajo, coherencia y un liderazgo que transformó una ilusión en historia.

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