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Profesionales universitarios de la salud manifiestan su preocupación por el presupuesto 2026 al que califican como reforma regresiva para el sector

Los trabajadores de la Confederación Democrática de Profesionales Universitarios de la Salud, (CONFEDEPRUS, Valparaíso), hicieron un llamado a las autoridades parlamentarias y de gobierno para aumentar significativamente el presupuesto en el área de la salud, asegurando una distribución eficiente y directa de recursos hacia los establecimientos públicos, que permita garantizar el derecho de la población a la salud, la continuidad de su atención y condiciones laborales dignas para quienes se desempeñan en el sistema.

Los dirigentes, que comenzaron una movilización entre el 17 y 18 de noviembre, expresaron su preocupación por el complejo escenario que sigue agudizando la salud pública, a través de una carta que entregaron en la Seremi de Salud, en el Servicio de Salud Valparaíso-San Antonio, y en la Delegación Regional Presidencial.

En la carta, advierten que «el Presupuesto 2026 en salud no constituye un avance, sino una reforma regresiva encubierta bajo lenguaje técnico. Sus efectos previsibles son reducción real del gasto sanitario, congelamiento de las remuneraciones y la consiguiente pérdida del poder adquisitivo de las y los trabajadores, aumento del déficit hospitalario y deuda acumulada, congelamiento de la inversión en infraestructura y precarización de la fuerza laboral del sector, todo bajo el discurso de «eficiencia» y «responsabilidad», que encubre una estrategia de contención del gasto social, con efectos directos sobre la calidad de la atención, las condiciones laborales y la equidad territorial».

Asimismo, reiteran la crítica a la metodología usada por la Dirección de Presupuestos (DIPRES) en la elaboración del Presupuesto para 2026, utilizando infractores menores a la inflación proyectada (4%), lo que distorsiona las cifras oficiales, mostrando falsos aumentos presupuestarios, afectando el gasto en personal, los ingresos hospitalarios vía GRD y PPI, los presupuestos de funcionamiento y la capacidad de atención, como sucede en 25 hospitales del país. Según el gremio de trabajadores de la Confederación Democrática de Profesionales Universitarios de la Salud, «se trata de una maniobra contable y política, que disfraza un ajuste fiscal regresivo a costa del personal y de los usuarios y las usuarias del sistema público, lo que resulta inaceptable».

En el mismo documento, hacen hincapié en el hecho de que el Presupuesto 2026 se discute en un escenario de ajuste fiscal y restricciones presupuestarias, bajo presiones que demandan contención del gasto público y un discurso gubernamental que habla de combinar la «responsabilidad fiscal» con la «responsabilidad social», pero, dicen, «vemos que, en la práctica, el ajuste se traduce en una contracción real del gasto en salud pública, afectando la capacidad de respuesta del sistema estatal y vulnerando derechos sociales y humanos fundamentales de las personas, lo que transgrede tratados suscritos por nuestro país en materia de Derechos Humanos que resguardan el derecho a la Salud, como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Por ello, como CONFEDEPRUS hemos sostenido desde nuestros inicios que un equipo de Salud fortalecido y con trabajo decente es la base para resguardar la vida y salud de toda la población, para lo cual se necesitan recursos, porque sin presupuesto no hay salud».

Moisés Sagredo, dirigente nacional y secretario general de la CONFEDEPRUS, sostuvo que «en el marco de los días que llamamos a movilización, estamos centrados en el presupuesto 2026 con varias demandas. Nos preocupa que se destinen mayores recursos a la salud pública, el que avance la construcción de hospitales y, en ese punto, tenemos el retraso de la compra del terreno para el Hospital Carlos Van Buren».

Agrega que también es necesario el reconocimiento de la deuda hospitalaria, una inyección de recursos suficientes para cerrar adecuadamente el 2025 y que el presupuesto 2026 otorgue los recursos financieros necesarios para atender al 80 % de la población.

Moisés Sagredo afirmó que otro de los puntos en los que esperan que haya soluciones corresponde «a las remuneraciones de las y los funcionarios de la salud y del sector público en general, que vienen con un reajuste del 0%. Nos preocupan otros proyectos que ayudan a la salud nacional como es el Programa Adulto Mayor Autovalente, que son estrategias que han dado resultados positivos y han permitido descongestionar los servicios de salud. Vamos a seguir vigilando y poder ir cerrando brechas de asignaciones».

Añadió que «se quiere instalar un concepto del 3×1, es decir, que por cada tres personas que se jubilan, se va a reponer un cargo y, eso, es muy complejo hoy día en el sector salud, ya que son múltiples las demandas que tenemos y el personal es tremendamente necesario».

EL IMPACTO NEGATIVO DEL PRESUPUESTO

Los trabajadores de la Confederación Democrática de Profesionales Universitarios de la Salud, (CONFEDEPRUS, Valparaíso) manifestaron su preocupación por los impactos negativos dentro de la propuesta presupuestaria para el sector. Al respecto, advierten que, si bien es cierto el presupuesto global de salud, en términos de gasto operativo, aumenta nominalmente 5,6%, ello en términos reales sólo corresponde al 2,9%.

Asimismo, sostienen que «el aumento en un 2,3 % de la dotación en recursos humanos no va de la mano con un incremento real en remuneraciones, financiándose los nuevos puestos con la misma masa salarial, aumentando la inestabilidad y la precarización laboral con el incremento de los contratos a contrata en un 4,9% y la disminución de los de planta en un 4,1%. Tampoco se avanza en el cierre de las brechas informadas desde los Servicios de Salud, así como en la reconversión del tercer a cuarto turno ni se observan las asignaciones de la Ley 19.536, la inversión sectorial cae 2,4%, reduciendo recursos para infraestructura y equipamiento, la deuda hospitalaria persiste e incluso crece, con pagos superiores a lo presupuestado, lo que actualmente asciende a más de 300 mil millones en deuda de arrastre, con el presupuesto anual ya agotado en varios establecimientos de salud».

MEDIDAS EN BENEFICIO DE LOS TRABAJADORES

Los trabajadores de la CONFEDEPRUS proponen una necesaria mejora de las condiciones laborales, a través de diversas medidas, como el fortalecimiento de la Carrera Funcionaria y la eliminación del último grado de ingreso de la Ley 18.834, acelerar la modificación del DFL N°31 (CENABAST) pendiente desde 2021, la revisión de los traspasos de honorarios a contrata (actualmente muy por debajo de lo requerido), buscando alternativas para terminar con esta brecha, la inclusión en el presupuesto de los subtítulos 21, 22 y 24 para garantizar cobertura a todos los trabajadores y trabajadoras, corregir la falta de aumento en las asignaciones de turno y urgencia y reconocer nuevos sistemas de turnos, como el 2×2, priorizando proyectos por vía sectorial —y no por concesiones o asociaciones público-privadas— para resguardar los recursos públicos y evitar el aumento de costos. Esto, junto con la urgencia de avanzar en nuevos hospitales para la Zona Norte de la Región Metropolitana y el cumplimiento del compromiso de reposición del Hospital Carlos Van Buren (Valparaíso), en el resguardo del comodato del Hospital Metropolitano o traspaso definitivo a la red, y otros proyectos hospitalarios.

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