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¿Felicitaciones o felicidades? Por Raúl Caamaño Matamala, profesor Universidad Católica de Temuco

¿Cuál es cuál? ¿Lo tienen claro? Es cierto, en español, una es una, y otra es otra, son diferentes. En inglés, es una, congratulations!

Si expresamos o extendemos una felicitación a alguien, lo que hacemos es elogiar o reconocer algo en o a una persona. Si lo hacemos expresando felicidad o felicidades, lo que extendemos es un sentimiento, algo propio de la emotividad, que es contrario a la tristeza.

¡Muchas felicidades! Así reza el saludo, así se conforma la expresión que se extiende a alguien. Lo que transmitimos es un deseo de felicidad, que sea feliz, que viva intensamente ese sentimiento ese momento, esa jornada, ese día. Que si lo previo fue pesaroso, triste, tenso, que ahora es momento de vivirlo, de sentirlo de manera distendida, dejando atrás la tensión, la pena, la tristeza, el pesar. La idea es exteriorizar o provocar un cambio.

¡Felicitaciones! Es una congratulación que se extiende a alguien, a algunos por un logro meditado, laborioso, promovido, quizás no anunciado, sorpresivo, lo que da motivo de expresiones o salutaciones que promueven el regocijo de quienes son objeto de dichas felicitaciones, que quizás comprometen o involucran en alguna medida a quién es emisor de dicho mensaje, simple, sencillo o elaborado, muy elaborado.

Las felicitaciones dadas o las felicidades expresadas en un saludo pueden fundirse, mas no pueden confundirse ni confundir.

Un caso. Si alguien ha liderado la planificación, la realización de un evento, sea magno o de mediana a gran concurrencia de personas, y este ha sido exitoso, qué digo, un exitazo, su liderazgo así como ha de ser premiado, digo yo, es digno de felicitaciones, sí, felicitaciones. Se le felicita por el logro, por el esfuerzo, por el arrojo, por la conducción, y por éxito. Las felicitaciones, bien pueden ser sustituidas, o ampliadas por aplausos, vivas, abrazos, o expresiones verbales de salutación, que reconozcan el denuedo, el carácter, seguro que no solo de uno, sino de varios participantes en la ejecución de un festival, de un congreso, de un taller, de una fiesta, de un seminario.

Lo mismo, felicitaciones son las que se extienden a una persona que obtuvo un premio, una medalla, un grado académico, un ascenso en su carrera profesional, un triunfo deportivo,…

En cambio se expresan felicidades, muchas felicidades a quien vive un momento especial en su vida personal, por ejemplo, el nacimiento de un hijo, un nuevo año de vida (cumpleaños), un aniversario en la vida familiar, en las fiestas navideñas, en las fiestas de año nuevo, o en festividades como el día de la madre.

Alguien dirá que son matices sutiles de diferencia, y habríamos de reconocer que es más bien confuso desear felicitaciones a la mamá en el día de madre. O expresar muchas felicidades a alguien por el logro de un ascenso en su trabajo.

Es cierto, felicidad es opuesto a tristeza. Y si este fuera el trance, es mejor, definitivamente, extender, exteriorizar buenos deseos de felicidad, a quien los merece, los desea, los ansía, o consigue un mejor estar. Al darlos, proyectamos esperanza, fe, alegría, amor, paz, ¡qué mejores regalos!, sin cinta, sin tarjeta, quizás, (ya no se usan); solo la voz, solo el mensaje, quizás un emoticon, o un buen abrazo.

Deseen felicidad, expresen vivas felicitaciones.

¡A ponerse en campaña! Lo tienen claro, ¿no es cierto?

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