• La iniciativa se desarrolla junto al Hospital Gustavo Fricke y se focaliza en niños y niñas que presentan malnutrición en exceso.
Con una actividad donde participaron niños, niñas y sus familias se dio cierre a una nueva versión del Programa de Salud Integral Infantil, iniciativa liderada por la carrera de Nutrición y Dietética UST Viña del Mar y donde también participan Kinesiología y Psicología.
El objetivo de este programa, que se extiende durante el año, es entregar apoyo multidisciplinario a niños y niñas que forman parte del Consultorio de Especialidades del Hospital Gustavo Fricke y que presentan malnutrición en exceso.
En esta versión fueron 12 los menores quienes fueron evaluados y seguidos de manera mensual para comprobar avances en su estado nutricional. Este programa incluyó talleres de alimentación saludable para niños y sus familiares, sesiones de actividad física recreativa, evaluaciones físicas y nutricionales y también talleres de intervención psicológica para definir y manejar emociones.
Según explicó Pablo Haro, jefe de carrera de Nutrición y Dietética y director del programa “esta iniciativa nace de la necesidad de generar un apoyo real y concreto a los niños con malnutrición por exceso, fortaleciendo el trabajo educativo y clínico con sus familias”. Además, destacó que la intervención considera evaluaciones antropométricas mensuales y encuestas alimentarias que permiten medir los avances y determinar los cambios logrados a lo largo del semestre.
En el caso de Kinesiología, sus estudiantes participaron en las evaluaciones que son diseñadas exclusivamente para estos menores. “Las baterías clásicas de evaluación no aplican del todo en estos casos; por eso decidimos centrarnos en tres pruebas dinámicas, de fácil aplicación y sin necesidad de equipamiento: una prueba de consumo máximo indirecto, una prueba de respuesta cardiaca al esfuerzo y otra de recuperación post esfuerzo”, explicó Tuillang Yuing, director de la carrera.
Catalina Gutiérrez, estudiante de Psicología comentó que realizaron entrevistas de ingreso para evaluar los factores emocionales y conductuales asociados a la malnutrición por exceso. A partir de ese diagnóstico, se implementaron talleres centrados en la expresión emocional y el manejo de la ansiedad.
“Descubrimos que la intervención interdisciplinaria no solo es más completa, sino que también es más cercana para los niños: entienden que su bienestar depende tanto de la salud física como del estado emocional”.
Las familias participantes fueron parte activa del proceso y valoraron profundamente la metodología del programa. Lily Martínez, madre de Bianca, destacó que la experiencia fue transformadora: “Aprendimos muchas cosas junto a los profesores y los estudiantes. Bianca salía entusiasmada de los talleres y en casa quisimos poner en práctica lo aprendido, como las recetas saludables. Logramos ordenar los horarios de comida, mejorar la calidad de lo que consumíamos y hasta regular las horas de sueño”