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Destacan el rol estratégico de la pesca industrial en la recuperación del empleo formal en la región del Biobío

• La instancia contó con la presencia del gobernador regional, Sergio Giacaman, quien catalogó al sector, que entrega 6.500 puestos, 50% de ellos a mujeres, como un «motor laboral» en un momento de crisis de desempleo registrado en la región, con una tasa que ascendió a un 9,9%, la segunda más alta a nivel nacional.

• La presidenta de los Pescadores Industriales del Biobío, Macarena Cepeda, hizo hincapié en que, pese a ser un pilar fundamental de la economía regional, «las reformas refundacionales impulsadas desde 2023 por el actual Gobierno están desindustrializando al sector», ya que, con la Ley de Fraccionamiento, se aplicó un impuesto exclusivo del 30% a las empresas del Biobío, que además perdieron el 20% de sus cuotas. A esto se suma la incorporación de subastas en el proyecto de nueva Ley de Pesca que avanza en el Congreso, que profundizaría la reducción del sector hasta en un 40%.

Actores del mundo público, gremial, contratistas y de la academia, se reunieron este jueves en el seminario «El futuro del trabajo industrial del Biobío», organizado por el Comité de Personas de Pescadores Industriales del Biobío, integrado por las empresas Landes, Camanchaca, PacificBlu, FoodCorp y Blumar, para profundizar en la realidad del empleo regional en medio de un escenario al que los asistentes catalogaron como “en crisis”, debido a las altas cifras de desempleo. Este, según lo informado por el Instituto Nacional de Estadísticas, ascendió a un 9,9% en el segundo trimestre del año, la segunda más alta a nivel nacional, siendo las mujeres mayormente perjudicadas con una tasa que superó los dos dígitos.

Frente a ello, en la jornada diversos expertos destacaron el rol estratégico de la pesca industrial como uno de los pilares que sustenta la generación de trabajo formal en la región, recordando que el Banco Central en su informe sobre el Producto Interno Bruto del Biobío del segundo trimestre 2025, relevó al sector como uno de los motores productivos de la economía local.

Al seminario asistió el gobernador regional, Sergio Giacaman, quien declaró que la región del Biobío es la capital pesquera de Chile, y que los 6.500 puestos de trabajo que entrega, 50% de ellos a mujeres, junto con el encadenamiento productivo que produce y que emplea a otras 4.000 personas, son un «motor laboral». A su vez, la autoridad regional criticó las medidas impulsadas por el Ejecutivo, en particular el Plan de Fortalecimiento Industrial, argumentando que la instancia «fracasó» ya que, «no cumple ninguna de sus dos expectativas: no fortalece la industria, tampoco genera empleo. Por tanto, desde el gobierno regional lo que vamos a hacer es generar las condiciones para que la región sea un buen lugar para invertir».

Pese a la contribución del sector principalmente a comunas costeras que dependen de este, la presidenta de los Pescadores Industriales del Biobío, Macarena Cepeda, apuntó a una encrucijada en la que se encuentra el trabajo ligado a la actividad, ya que, «la pesca industrial del Biobío está amenazada por las reformas refundacionales impulsadas desde 2023 por el actual Gobierno, que están desindustrializando a nuestro sector».

«La Ley de Fraccionamiento que entrará a operar a partir del 1 de enero de 2026 hizo que sólo las empresas pesqueras del Biobío perdieran el 20% de sus cuotas (e ingresos), sumando un nuevo impuesto del 30% a las compras internacionales de jurel, lo que para algunas compañías representa el 50% de su operación anual. No conforme con esto, el Gobierno quiere ahogar aún más la actividad pesquera de la región, porque con su propuesta en el proyecto de nueva Ley de Pesca, enfrentaríamos la reducción de otro 35% por la incorporación de subastas de derechos vigentes, que bajarán de 20 años a 10. Esto, por un lado, significaría que el sector pesquero industrial del Biobío podría ver reducida su participación hasta en un 40%, y por otro, inhibirá cualquier tipo de inversión», explicó.

Por otro lado, el investigador de Faro UDD, Patricio Órdenes, puso énfasis en que la tasa de desempleo en Biobío se ha mantenido por sobre los niveles prepandemia y hoy en día se encuentra un 15% arriba del promedio nacional, consolidándose como la segunda región con mayor desempleo en Chile. En este sentido, el experto explicó que actualmente 36.000 mujeres se encuentran buscando empleo y que, pese a tener potencialidades para liderar el crecimiento en la región, Biobío se encuentra en el sexto lugar en el ranking nacional de competitividad y en el primer puesto de las regiones con mayor retraso en la tramitación de Estudios de Impacto Ambiental.

Por su parte, el director general de Visión Humana, Patricio Polizzi, apuntó a las tendencias y cambios que se están produciendo en el vínculo entre el trabajo y las personas, con nuevas expectativas, valoraciones y, por tanto, nuevos desafíos paras las industrias.

Buenas prácticas

Asimismo, la gerente de Asuntos Corporativos y Personas de Landes y miembro del Comité de Personas de Pescadores Industriales del Biobío, Carla Sánchez, mostró la relación virtuosa que existe entre las empresas pesqueras de la zona y sus contratistas, reflejada en un manual de buenas prácticas para la gestión de contratistas, con el objetivo de nivelar y estandarizar procesos y así plasmar un sentido de responsabilidad y compromiso con el trabajo de quienes forman parte de la actividad pesquera industrial de la región.

Ejemplo de lo anterior fue la experiencia que relató Johanna Pacheco, quien con la empresa Arinart presta servicios a Camanchaca, y aseguró que, gracias al manual, «se han desarrollado más capacitaciones, incorporado a las empresas contratistas en las actividades propias de las compañías mandantes e integrado a mujeres en el desarrollo de tareas, creando puestos de trabajo», alertando que la Ley de Fraccionamiento puso en riesgo su participación en el mercado del trabajo dentro de la pesca industrial.

De esta manera, el seminario «El futuro del trabajo industrial del Biobío» se convirtió en un espacio de unidad en torno a la defensa del empleo de calidad, que intercambió experiencias de diversas realidades y relevó a un sector estratégico de la economía regional, como lo es la pesca industrial, que pese a que solo en 2024 exportó en recursos demersales y pelágicos cerca de 931 millones de dólares y entregó tributos por $2.340 millones a las comunas de Talcahuano, Coronel y Tomé, hoy se encuentra en un escenario incierto producto de los cambios impulsados por el Gobierno desde el Congreso.

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